ASOCIACION CULTURAL SANMARTINIANA DE LA MATANZA

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lunes, 18 de febrero de 2013

La historia de la primera bandera

Trabajo presentado en el Congreso de Historia organizado por el “CIRCULO MILITAR” y la ACADEMIA ARGENTINA DE LA HISTORIA, el 5, 6 y 7 de Mayo del 2.010, en el Circulo Militar.

Cuando leí en “Crónica Histórica Argentina” un artículo del historiador A. J. Pérez Amuchastegui sobre “Las Primeras Banderas Argentinas” (To. I. pag. 240), decidí que viajaría a Sucre para ver la insignia patria creada por Belgrano.-
La oportunidad se me presentó recién en octubre de 1997.- Como yo era socio correspondiente en Buenos Aires de la Sociedad Geográfica y de Historia de Tarija, fui invitado al primer encuentro nacional de las Sociedades Geográficas y de Historia de Bolivia.- La reunión fue precisamente en Sucre.- La anfitriona, era la Sociedad local, centenaria, la más vieja de Bolivia y tan vinculada al tema de las banderas de Macha.- Esa reunión me dio la oportunidad de ser cofundador de la Asociación Nacional de Sociedades Departamentales Geográficas y de Historia de esa República hermana.-
Allí, en la Casa de la Libertad, que es el Museo Histórico Nacional de Bolivia, en la plaza 25 de Mayo -llamada así por el levantamiento contra el Presidente de la Real Audiencia don García Pizarro, ocurrido el 25 de mayo de 1809- , tuve la emoción de poder ver nuestra primer bandera.-
Es conforme a la descripción efectuada por Pérez Amuchastegui en su mencionado artículo, en el que apunto un solo error.- Sus franjas son horizontales, como en la actualidad siguen siendo en nuestra bandera y no verticales como dice ese historiador.-
Dos meses más tarde viajé nuevamente para incorporarme a la Sociedad de Sucre como miembro correspondiente.- Me acompañó el Dr. Eduardo O. Dürnhöfer, vicepresidente entonces de la Academia Argentina de la Historia, que se interesó en el tema de la bandera y quería conocer además la casa donde había vivido Mariano Moreno cuando estudiaba en San Francisco Xavier.-
También me apasionó el tema, que estudié y desarrollé desde entonces en varios trabajos.- No es cierto que no se sepa donde esta y como era nuestra primer bandera, como todavía muchos sostienen.- La bandera existe y esta en Bolivia, en Sucre, en la Casa de la Libertad.-
Ahora bien, para historiar el origen de los colores de nuestra bandera, es necesario en primer término salvar un error inicial, común cuando se habla de la revolución de mayo. –
French y Beruti repartieron en la plaza de la Victoria el 22 de Mayo de 1810, cintas blancas con una estampa de Fernando VII, a la que agregaron el 25 una cinta roja, que simbolizaba sangre.- No es por consiguiente cierto que el día que nació la patria, los criollos usaban para distinguirse cintas blancas y celestes.-
La primera escarapela con esos colores, fue creada en la Provincia de Mendoza, para los Alabarderos Mendocinos, en Diciembre de 1810, por su Teniente. Gobernador, el salteño José de Moldes.- Enviada a Buenos Aires para su aprobación, la Junta Grande ni siquiera llegó a tratar el tema, abocada como estaba a otros graves problemas.-
Los colores celeste y blanca, se usaron por primera vez por en Buenos Aires, en enero de 1811, como distintivo no de los criollos, sino de la juventud moreniana que se reunía en el Café del catalán Pedro José Marco, ubicado en la esquina de Alsina y Bolívar, frente a la iglesia de San Ignacio.-
Ese movimiento juvenil, originó la prime poblada porteña, que fue en apoyo del Presidente de la Junta de Gobierno don Cornelio Saavedra.- La gente de los suburbios y las quintas, con sus alcaldes al frente y el apoyo de las tropas de Buenos Aires, se reunieron en la Plaza de la Victoria el 5 y 6 de abril, para desbaratar ese movimiento, lo que lograron, ya que la juventud instruida, como se denominaban, tenían programado un golpe contra la Junta de Gobierno, que debía estallar el 20 de ese mes.-
Pero después del desastre de Huaqui, Cornelio Saavedra consideró su deber marchar al Norte para reorganizar el ejército vencido y reconciliarlo con los altoperuanos, con los que el tenia tan buenos contactos por lazos de parentesco y amistad, para lo cual no dudo en ningún momento en delegar el mando en Domingo Matheu, que no era precisamente uno de sus amigos.- La Patria estaba primero para él, que los intereses políticos o personales.-
Matheu y sus enemigos aprovecharon su partida, derrocaron el gobierno de la Junta y lo reemplazaron por el Primer Triunvirato.-
Al comenzar el año de 1812, para poner freno a las incursiones navales de la flotilla española de Montevideo que comandaba Jacinto Romarate, el Triunvirato envió al General Manuel Belgrano a hacerse cargo de la guarnición de la Villa del Rosario.- Nuestra primer escuadrilla naval, pese a ser comandada con heroísmo por Juan Bautista Azopardo, había sido vencida en el combate de San Nicolás.- Los españoles eran los dueños del Plata y del Paraná.-
Pero no había escarapela ni bandera que diferenciara a nuestra tropas de las de España.- Belgrano solicitó al Triunvirato para uso y distintivo de sus soldados, una escarapela.- El Triunvirato accedió y por decreto fechado el 18 de febrero de 1812, la creó finalmente con los colores blanco y celeste.-
Quizá lo hizo para diferenciarla de la insignia de la juventud morenista que era celeste por fuera y blanca por dentro.- Nuestra primer escarapela fue por el contrario, blanca en su franca exterior y celeste en su franja interna.-
Pero Belgrano fue más allá y así el 27 de febrero, al inaugurar en Rosario la batería Libertad, además de la escarapela que lució la tropa, enarboló en la misma, en lugar del pabellón de España, una bandera con los colores blanco y celeste, es decir, con los mismos colores de la escarapela.-
Esa bandera tiene tres franjas que corren en forma horizontal, blanca la primera, celeste la del medio y nuevamente blanca la tercera.- Es la bandera que está en Sucre, en la Casa de la Libertad.-
Esto surge además claramente de la nota en que el general Belgrano, comunica la noticia al Triunvirato.- En la misma dice nuestro prócer: “Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste, conforme los colores de la escarapela nacional.- Espero que sea de la aprobación de V. E.”.-
Pero tener bandera complicaba la política del Triunvirato, que continuaba gobernando bajo el paraguas de la mascara de Fernando VII.-
Bernardino Rivadavia, secretario del mismo, al tomar conocimiento de lo actuado por Belgrano en Rosario, le manda instrucciones urgentes, prohibiéndole el uso de la bandera.-
Pero la instrucción no llegó al destinatario.- Belgrano ya había partido a Jujuy para asumir el mando del ejercito del Norte, con el que salvaría en la batalla de Tucumán, a la Revolución de Mayo.-
Nuestro General se encontró con un ejército desmoralizado y desorganizado.- Se da cuenta que lo primero que debe hacer, es levantar el ánimo de los vencidos en Huaqui, de elevar su moral como soldados.-
Que hace entonces.- Pide a las damas jujeñas que le confeccionen nuevamente una bandera con los mismos colores y tres franjas horizontales, para los festejos que programa del segundo aniversario patrio.-
Las damas le entregan la nueva bandera que tiene en el orden de los colores. una diferencia fundamental con la anterior.- Era celeste en su primer franja, blanca al medio y nuevamente celeste.- Es la que hoy se conoce como bandera de Ayohuma o bandera de Macha y se encuentra en nuestro Museo Histórico Nacional.-
El día de la patria en 1812, al presentarla frente a sus soldados, los arengo diciendo:
“Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos: El 25 de Mayo será para siempre un día memorable en nuestra historia, y vosotros tendréis un motivo más de recordarlo, cuando en él, por primera vez, veis en mis manos la bandera nacional que ya os distingue de las demás naciones del globo”.-
Acto continuo, arrió la insignia Española del frente del cabildo y en su reemplazo izó nuestra bandera, que fue bendecida por el Presbítero Gorriti.-
Por vez segunda se indignó el Triunvirato al enterarse, ordenándole Bernardino Rivadavia, su secretario, que creía que había sido desobedecido por el general, el cese inmediato de su uso.- “El gobierno deja a la prudencia de V.S. mismo la reparación de semejante desorden, pero debe prevenirle que esta será la última vez que sacrificará hasta tan alto punto los respetos de su autoridad y los intereses de la nación que preside….”
Belgrano informó que había actuado así, por su desconocimiento de la orden anterior, que lo había hecho deseando que estas provincias se cuenten como una de las naciones del globo; pero no habiendo el gobierno declarado la independencia aclaró: “La desharé para que no haya memoria de ello.- Si acaso me preguntan por ella, responderé que se reserva para el día de una gran victoria”.-
La bandera de Belgrano que se conserva actualmente en la Casa de Gobierno de Jujuy, que tiene bordado sobre fondo blanco el Escudo Nacional, si bien es auténtica sin duda alguna, no es como se sostuvo erróneamente por sus custodios, su primer bandera.- Es posterior a las referidas y tiene bordado el escudo nacional sancionado por la Asamblea del año 13.-
No hay duda que Belgrano no se desprendió de esta banderas, sino que las reservó para el día en que fuéramos nación.- Las llevó siempre consigo y las perdió tras la derrota de Ayohuma.-
Años después de estos episodios, el diputado por Buenos Aires ante el Congreso de Tucumán, Dr. Esteban Agustín Gascón, un altoperuano nacido en Oruro y graduado de abogado en San Francisco Xavier, en la sesión del 25 de Julio de 1816 propuso la creación de una Bandera Menor, azul celeste y blanca, quedando pendiente de la adopción previa de la forma de gobierno, para la aprobación de la bandera oficial o de guerra.-
En 1818, ya trasladado el congreso a Buenos Aires, el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, solicitó a sus integrantes, la creación de la bandera oficial o mayor, proponiéndola en el mes de febrero, el diputado Chorroarín, igual a la menor, pero con un sol al medio, en la franja blanca.- Así se aprobó.-
El decreto 10.302/44, fijó sus características definitivas: “La aprobada por el Congreso de Tucumán en febrero de 1818, y se formará con los colores celeste y blanco con que el general Belgrano la creó en febrero de 1812, distribuidos en tres franjas horizontales, de igual tamaño cada una, celeste en los extremos, blanca al medio, luciendo en esta un sol con sus treinta y dos rayos, rectos y flamígeros, alternados, dispuestos estos últimos en el sentido que giran las agujas de un reloj”.-
Así, esta última, nuestra bandera de guerra u oficial en un principio, es hoy única por mandato de la Ley 23.208 del 16 de agosto de 1985, que extendió y autorizó su uso también a los particulares.-
Debo hacer constar que el único gobernante que cambió nuestra insignia nacional durante el curso de nuestra historia, fue Don Juan Manuel de Rosas, en su segundo gobierno en Buenos Aires, -
En el año 1.836, prohibió el uso de sus franjas azul celeste, cambiando el color por un azul fuerte y agregando al medio, cuatro gorros rojos, cambiando también el color del sol que pasó a ser también de este último color.- Esta bandera se encuentra en nuestro Museo Histórico Nacional, pero a partir de la batalla de Caseros, volvió la celeste y blanca a ser la bandera de la patria.-
¿Pero que pasó con las banderas de Belgrano?
Vale la pena recurrir a las memorias inéditas -no han sido publicadas-, de un distinguido oficial del ejército del Norte, que se batió en Vilcapugio y Ayohuma.- Se trata de don Julián Paz, hermano del general José María.-
Narra primero la batalla de Vilcapugio, muy reñida, en la que se combatió hasta las 2 de la tarde, habiendo comenzado la lucha a las seis de la mañana.- Vencido nuestro ejercito, se dispersó abandonando el campo de batalla y tras pasar la noche en la Cuesta del Toro, siguió su marcha hasta Macha, donde llegaron tres días más tarde.-
Aquí decidió el general Belgrano reorganizar la tropa, esperar refuerzos y enfrentar nuevamente al enemigo.-
Dice Paz en sus memorias:
“Resuelto a esperar al enemigo y presentarle nueva batalla, trató de elegir el campo mas espacioso y llano sobre el camino que traía el enemigo, para poder emplear su táctica que consistía en hacer cargar la infantería a la bayoneta.- El campo de su elección fue el de Ayuma, distante 4 leguas de Macha, adonde se trasladó nuestro pequeño ejército el 5 de noviembre”.-
“El día 12, el ejército enemigo llegó a las alturas que dominan aquella posición y de donde no podía descender sino por la cuesta de Viluma.- El día 13 me tocó ir a cubrir con 80 dragones aquel punto.- Mis cuidados y diligencia en esa noche correspondían a las posibilidades que pesaban sobre mi.- Aquel punto era la llave de seguridad del ejército y en la noche fue visitado por varios jefes y dos veces por el Gral. Belgrano.- Recuerdo que en una de estas quebré mi espada recordado a golpes a soldados a quienes había vencido el sueño profundamente”.-
“Al amanecer del día 14 descubrí al ejército enemigo descendiendo ya la cuesta e inmediatamente mande un oficial subalterno con el parte al Gral. Belgrano.- Éste dispuso que el ejército oyese misa y recibiese la absolución general y concluido este acto, mandó al ejército a ocupar la posición designada para esperar al enemigo que se avanzaba rápidamente”.-
“Cuando yo me replegué con mis fuerzas ya estaba ejecutado todo aquello, y antes de ir a ocupar mi puesto busqué al capellán a quien muy compungido pedí me hiciera participe de la santa absolución”.-
“Este día consiguió el enemigo el triunfo mas completo sobre nuestras armas.- Perdimos 160 oficiales entre muertos y prisioneros y más de 2.000 hombres de tropa.- El enemigo debió la victoria al mayor numero de sus tropas y a su mucha artillería, y no al poco valor de nuestros soldados que se condujeron bizarramente.- El Gral. Pezuela en su parte al Virrey Abascal, le hace esta justicia cuando habla del cañoneo de cerca de una hora que sufrimos sin contestarlo porque nuestro ejército no tenía cañones.- Dice, hablando del cañoneo, que nuestros soldados parecían árboles que habían echado raíces en el suelo, aludiendo a la serenidad con que nuestro ejército sufrió el fuego que lo diezmaba”.-
“De los mil incidentes que hubo en esta catástrofe me limito solo a referir los que me tocan.- Mi hermano José María había perdido su caballo, muerto a bayonetazos entre las filas enemigas, pero logró montar otro de un capitán que había caído herido de un balazo”.-
“El General Belgrano había emprendido su retirada seguido por un corto número de dispersos, y cubríamos su retaguardia 60 dragones a las órdenes del Coronel Cornelio Zelaya.- Estábamos a 16 o 20 cuadras del campo de batalla y el enemigo nos perseguía con viveza.- Al pie de la cuesta por donde subía el Gral. Belgrano había un pequeño arroyo y tuvimos orden de echar pie a tierra y contener al enemigo con el fuego de nuestras carabinas”.-
“Se logró contener las primeras fuerzas de caballería que nos perseguían y dar tiempo que se alejaran nuestros dispersos y fatigados infantes, pero muy luego cargaron contra nosotros columnas de infantería que nos obligaron con sus fuegos a ponernos en precipitada retirada.- El barranco del arroyo que teníamos que subir tendría tres varas de alto y en la senda o camino no cabía más de un jinete.- El conflicto era tal que todos se atropellaban a subir primero, y yo, no sé por que móviles, vine a quedar de los últimos.- Cuando ya repechaba y casi tocaba la planicie arriba, una bala de cañón abrió mi caballo y cayó muerto conmigo al puie del arroyo.- Yo llevé un ligero golpe en la cabeza y me lastimé algo la pierna que cayó bajo el caballo, pero pude incorporarme, tomar la gorra y empezar a subir a pie en seguimiento de mis compañeros, de los que, los pocos que me vieron caer, me abandonaron creyéndome muerto, como después me lo dijeron.- Los enemigos habían llegado a mi caballo que estaba ricamente aperado con recado, cabezadas de plata, pistoleras y buenas pistolas, y yo llevaba puesto el vistoso uniforme de dragones que consistía en chaqueta llena de galones y bordados de plata y una gorra o morrión adornados con igual lujo.- No dudo que esto contribuyó a que en aquel momento fuese el blanco de los fuegos del enemigo y protesto que es la vez que he oído silvar mas balas sobre mi cabeza”.-
“Yo seguía mi fuga, apoyándome en mi espada, pero con gran lentitud por el dolor de mi pierna y más que todo el cansancio no me permitía hacer más.- Esperaba ser de un momento a otro atravesado por una bala o caer prisionero, cuando veo venir a mi hermano José María.- Llega a mi y me dice que monte en las ancas de su caballo, le contesto con voz sofocada que no puedo.- Él entonces me dice “nos sacrifican”, tal era el fuego que sufríamos.- Me toma de un brazo, lo engancho con el suyo, pica el caballo y a gran galope me arrastra hasta un bajío, donde mas libre de fuego me hace subir a un promontorio, me ayuda o me arrastra a las ancas del caballo, amarra mi cuerpo al suyo, parte y llega donde iban los compañeros y me salva.- Solo un buen hombre, un buen amigo podía arrostran tanto peligro por otro” (sic).-
La transcripción anterior, copiadas textualmente de las memorias de su actor, explican por si solas los motivos por los cuales el General Belgrano debió desprenderse de sus banderas.-
Pero no quedaron abandonadas para perderse con el resto de su equipaje.- El cura patriota de Macha, Juan de Dios Aranivar, que antes de la batalla rezó una misa para la tropa, que no se encontraba en el campo de batalla, tomo a su cargo la misión de salvar las dos banderas de Belgrano, que estaban en la capilla de Macha, su residencia.- La de Rosario, del 27 de febrero de 1812 (que se conserva en Sucre) y la presentada en Jujuy el 25 de mayo de 1812 (que está en el Museo Histórico Nacional, en Buenos Aires), escondiéndolas astutamente en una de las capillas secundarias de su curato, antes de darse él también a la fuga.- Nunca más volvería.-
Pasaron muchos años.- El padre Martín Castro, estaba a cargo del curato de Macha y notó en 1883 en la capilla de Titiri, sita a 2 leguas de Ayohuma rumbo a Potosí, tras dos cuadros de Santa Teresa, unos adornos que se desprendían de su marco, que parecían telas de seda sucias.-
Al desarrollarlos, se asombró al comprobar que eran dos banderas argentinas, con otras dos de ejercito, estas de color azul y rojo.-
No dudó en la importancia del hallazgo, por lo que viajó a Sucre, a dar cuenta del mismo al arzobispo, pero al llegar, chocó con problemas personales que afectaban su persona y las autoridades religiosas, lo suspendieron por varios años.- Así no ventiló el hallazgo que se siguió ignorando.-
Las banderas continuaron en su sitio original.-
Dos años más tarde, su sucesor, el padre Primo Arrieta , las redescubrió en la Capilla de Titiri, hecho que comentó con el subprefecto de la provincia, que hizo público el hallazgo.- Aquello era muy importante.- ¿Que eran esas banderas?
Como intentó apropiárselas, el padre Arrieta anotició de inmediato al Arzobispo el encuentro de las “dos banderas Argentinas”, el que le ordenó levantar para su resguardo un acta notarial.-
Arrieta la realizó ante escribano público en Colquechaca, el 10 de septiembre de 1.885, con la comparencia además de él, del Subprefecto Abdón S. Ondarza, del Juez del Partido Dr. José Lloza, del Juez de Instrucción Dr. Feliciano Abastoflor, del Cura Párroco de Colquechaca Dr. Vicente Padilla y otros reconocidos ciudadanos del lugar.-
Pero lo más importante para nosotros, es que estuvieron presentes y firmaron el acta especialmente invitados, “el Sr. Cónsul General de la República Argentina, señor Mariano Pero, acompañado por su antecesor en la función, señor Antonio Tejada”.- Argentina tomaba así noticia del encuentro de nuestras banderas a través de sus funcionarios consulares.-
Al labrar el acta, el Padre Arrieta, extendió sobre la mesa del salón municipal la única bandera que había llevado a Colquechaca, ya que las otras la dejó en su curato.-
El Sr. Subprefecto reconoció que ella era una de las dos banderas argentinas que el dos de abril de ese año, había visto en la Capilla de Titiri, clavadas tras el retablo del templo.- Era la segunda bandera de Belgrano.-
Sabiendo que el señor cura de Macha podía testificar sobre esta bandera, lo mismo que sobre otra que estaba en su poder, y que las mismas podían haber pertenecido al ejercito unido (Argentino-Altoperuano), que combatió a los españoles en los campos de Vilcapugio y Ayohuma, el subprefecto pidió al Padre Arrieta una declaración bajo juramento.-
Lo presto este sacerdote y dijo, conforme se transcribe en el acta:
“Habiendo tomado posesión el día 16 de octubre de 1883 de la Capilla de Titiri, encontré las dos banderas argentinas arrolladas y sirviendo de especie de marco de dos cuadros de Santa Teresa, y deseando quitar estos adornos sucios, los desenvolví y encontré huellas de sangre, lo que me dio idea del mérito de las banderas y las clavé a la pared cubriéndolas con los dos cuadros dichos.- Creo ahora que no pueden ser otras que las traídas por el general Belgrano y perdidas en AYOMA, porque el cuidado y su conservación revela que una mano amiga las guardó, conociendo su importancia moral, en un lugar retirado de la parroquia, como es Titiri, no en el templo principal de donde las habrían arrancado los realistas que vivían y recorrían el país….Concluyo pidiendo el honor de esta conservación en la capilla de Titiri, porque el señor cura de entonces, que me consta que fue muy amigo del general Belgrano y cuyo nombre integro lo daré en breve, pues en este momento no lo recuerdo….que desapareció de esta parroquia sin sentar las diligencias precisas en los libros parroquiales, cosa indispensable para una entrega pacifica de la parroquia, lo que indica que su patriotismo lo condenó a la proscripción, dejo las reliquias encontradas, constantes de dos banderas argentinas y dos que llevan los colores rojo y azul, con encargo de no tocarlas, pues de otro modo su sucesor las habría sacado de la Capilla de Titiri y Pampuri”.-
Agregó el padre Arrieta en su declaración, que el señor subprefecto, enterado del hallazgo, “concurrió sin darle aviso ninguno a Titiri, donde halló las dos banderas Argentinas solamente y que él las guardó para evitar una sustracción, desde que el señor subprefecto dio conocimiento al público del hallazgo, en Colquechaca, el día 16 de julio, y que no las entregaba todas por no tener atribuciones para ello y esperaba órdenes del reverendísimo señor Arzobispo, sobre el particular”.-
Con lo que terminó dicha acta, que pasó ante el notario Juan Carlos Espinosa y firmaron todos los presentes, quedando depositada en la Prefectura, solo la bandera de seda de dos colores que se había exhibido en el acto, es decir, de dos fajas celestes despintando y una blanca al centro, rota y estropeada, con manchas descoloridas de sangre, sin duda por la acción del tiempo.-
Pero hubo un acta posterior, esta vez sin testigos , sin motivo alguno que la justifique y en forma de declaración personal y no juramentada, efectuada por el mismo padre Arrieta en la ciudad de Potosí, en noviembre de 1892 (Siete años después de la de Colquechaca), cambiando los hechos relatados.- En ella el sacerdote:
1º) No declara bajo juramento de decir verdad, como en el caso anterior-
2º) Cambia su declaración inicial y refiere que encontró solo 2 (dos) banderas en lugar de 4 (cuatro) del acta de Colquechaca, que las encontró clavadas en la pared, y no como marco de dos cuadros de Santa Teresa, señalando que una era Celeste y Blanco y la otra Azul y Roja.-
3º) No justifica el motivo de la labranza de esta nueva acta.-
4º) Omite declarar la bandera que esta actualmente en Sucre y otra de ejercito también Azul y Roja.-
No cuesta pensar que la labró para retener en su poder – o el de la iglesia -, la otra bandera Argentina, que el había encontrado y retenido en su poder.-
Lo cierto es que el acta, va a tener gran importancia en las futuras negociaciones para el recupero de las banderas de Belgrano, por parte de las autoridades diplomáticas Argentinas, ya que la negociación girará en base a ella olvidando la de Colquechaca.-
Dice el padre Arrieta con referencia a las banderas, que consultó con dos capilleros indios, muy ancianos en Charawitu, los cuales le explicaron que en su infancia supieron que tuvo lugar una batalla en Charawitu (Ayohuma), en época del rey, en la cual intervino el cura de Macha.- Los amigos del cura perdieron y los vencedores persiguieron a este, que pasó desde entonces sus días entre los indios, llegando solo de incógnito algunas veces a Macha.- Este fue quien trajo las banderas y las colocó donde se ahora se hallaron y desde entonces nadie las tocó.-
Le dijeron también los indios que el general Belgrano, antes de la derrota, vivía en “la casa parroquial de Macha”.-.
Confrontado el libro Parroquial, el padre Aranivar, no firmó más acta alguna desde el día de la batalla de Ayohuma.-
El padre Arrieta al labrar la segunda acta, tenia conocimiento de que Argentina reclamaría las banderas encontradas.- Ello fue así gracias al Dr. Adolfo Carranza, Director de nuestro Museo Histórico Nacional, que al enterarse del hallazgo, interesó de inmediato a nuestro Ministro Plenipotenciario en Sucre, para que iniciara los tramites diplomáticos necesarios para la devolución de las banderas Argentinas.-
Nuestro representante, en ese momento don Benjamín Figueroa, fue el primero que solicitó oficialmente la entrega de las dos banderas de Belgrano, que no correspondía retener en Bolivia, ya que no eran trofeos de guerra, ni habían quedado depositadas voluntariamente por nuestro general, sino que la guarda escondidas en la Capilla de Titiri, era producto de la famosa retirada.-
Primero lo hizo mediante una petición verbal el 18 de mayo de 1893 y otra escrita el 4 de junio siguiente.-
El 23 de Mayo de 1896, se llegó a un acuerdo y se labró un acta en la ciudad de Sucre, entre nuestro representante diplomático, entonces el Dr. Alberto Blancas y el canciller de la República de Bolivia.-
Pero Bolivia restituyó solamente la bandera exhibida en Colquechaca, que tenían sus autoridades y no la que había quedado en manos del padre Arrieta o de la iglesia, que lamentablemente no se reclamó.- l
Al recibirla nuestro representante, el Dr. Alberto Blancas, no efectuó ningún tipo de reserva, respecto de esta segunda bandera, la primera de Belgrano, la izada en las barrancas del Paraná el 27 de febrero de 1812.-
Ese es el motivo por el que actualmente, la primer bandera de Belgrano se exhibe en el Museo Histórico de Bolivia, en la Casa de la Libertad.-
La segunda bandera argentina, la del 25 de mayo de 1812, la que Bolivia reintegro, está en cambio en nuestro museo Histórico Nacional donde se exhibe bajo el nombre errado de Bandera de Macha o de Ayohuma.-
Justo es decir que los bolivianos, que consideran que también los cobijo en años de lucha común bajo el mismo pabellón, la guardan con respeto y veneración, considerándola también parte de su historia.-
Ese es el motivo por el que no puede exhibirse en el Monumento a la Bandera de la Ciudad de Rosario.-
Dr. Roberto E. Porcel

Bibliografía:

MEMORIAS DEL BRIGADIER GENERAL CORNELIO SAAVEDRA.- 1º de enero de 1829.-
MEMORIAS INEDITAS DE DON JULIAN PAZ.-
ACTA DE COLQUECHACA.- 1885.-
MANIFESTACION DE POTOSI DEL PADRE PRIMO ARRIENTA.- 1895.-
ACTA DE SUCRE DEL 23 DE MAYO DE L896.-
CRONICA HISTORICA ARGENTINA .- Asesor: A. L. Pérez Amuchastegui.- Redacción: Raul L. Carman, Ignacio L. Palacios Videla y Ricardo Luis Molinario.- Editorial Codex SA..- 1968.-
¿NOS DEVOLVERAN LA BANDERA DE BELGRANO? – Eduardo O. Dürnhöfer.- 1998.-
LAS BANDERAS DE MACHA.- Roberto Edelmiro Porcel.- Revista de “La Casa de la Libertad”, Año 5 Nª 9, Sucre, Bolivia, 2001.-
LAS MAL LLAMADAS BANDERAS DE MACHA.- Julián Lahoz. Revista Historia.- Año XXI, Nº 81.- 2001.-
DESTRABANDO UN EMBROLLO HISTORICO.- Eduardo O. Dürnhöfer.- Revista Historia.- Año XXI, Nº 81.- 2001.-
LAS TRES BANDERAS DE BELGRANO.- David Prando.- Revista Historia.- Año XXI, Nº 83.- Año 2001.-
LAS BANDERAS DEL GENERAL BELGRANO.- Roberto Edelmiro Porcel. Conferencia dada el 30/6/2005 en el Museo Isaac Fernández Blanco, publicada por el Jockey Club.-
LAS BANDERAS DE BELGRANO.- Roberto Edelmiro Porcel.- Revista Historia.- Año XXVII.- Nº 106.- Año 2007.-
ENIGMA SOBRE LAS PRIMERAS BANDERAS ARGENTINAS.- Adolfo Mario Golman.- Editorial de los cuatro Vientos.- 2007.