ASOCIACION CULTURAL SANMARTINIANA DE LA MATANZA

Reconocida Oficialmente por el Instituto Nacional Sanmartiniano - Ley 15588
Fundada: 5 de Abril de 1975
Actividad: Historica, Cultural, Educativa y Social
Correo Electronico: acsanmartinianamatanza@yahoo.com.ar

jueves, 21 de febrero de 2013

Informativo Nº 95

INSTITUTO NACIONAL SANMARTINIANO
ASOCIACIÓN CULTURAL 
SANMARTINIANA DE LA MATANZA


INFORMATIVO: ENERO, FEBRERO y MARZO de 2013-AÑO XXXVIII-No.95


“EL PRESIDENTE Y TODOS LOS INTEGRANTES DEL INSTITUTO NACIONAL SANMARTINIANO DESEAN FELICES FIESTAS Y QUE EL PRÓXIMO AÑO NOS ENCUENTRE UNIDOS EN EL TRABAJO DE DIFUNDIR EL IDEARIO DEL GRAN GENERAL DON JOSÉ DE SAN MARTÍN”.
Diciembre 2012


BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA DEL AÑO XIII
31 de enero de 1813
El viernes 13 de mayo de 1811, en la edición de LA GAZETA,  a cargo de Bernardo de Monteagudo, se anuncia el arribo de una fragata inglesa a cuyo bordo había llegado a Buenos Aires entre otros el Teniente Coronel José de San Martín… y, en el mismo número, el redactor se pregunta:
¡qual será la suerte de mi patria? ¿quién será el que enarbole el pabellón de su LIBERTAD?...
La indefinición y el temor –prueba contundente de ello fue la negación a aceptar la bandera creada por Belgrano, la imposición de seguir usando la española y las graves reprimendas ante su jura en Jujuy-. Las intrigas políticas y la falta de resolución ante la insostenible actuación en nombre de Fernando VII, que hacían endeble y sin representatividad la existencia de los ejércitos patriotas y los planes libertarios de San Martín, situación que se había agravado ante la orden de abandonar el norte y replegarse a Córdoba que le habían impartido al general Belgrano, situación que no llegó a producirse ante la desesperación de la gente que quedaba expuesta a las represalias de los españoles y por Belgrano, que desobedeciendo órdenes organizó el éxodo jujeño, acción que corona con el glorioso triunfo en Tucumán. Victoria que fortaleció y dió respiro al norte expuesto permanentemente a los intentos de reconquista desde el baluarte español que era Lima y deja al descubierto la inoperancia del Primer Triunvirato. Además, mientras aquí no se sabía en nombre de quien se actuaba, Venezuela con valentía, en julio de 1811, había declarado su independencia, es decir había creado su personería. El Primer Triunvirato, producto del fracaso de la llamada Juan Grande, la que teóricamente debía representar a todos los pueblos que conformaban las Provincias Unidas del Sur, tal como lo había proclamado en su formación, la Primera Junta. Pero que después los bonaerenses habían boicoteado, comenzando por Moreno, que se negó a su reconocimiento. Luego la conjura realista apoyada desde Montevideo, que aunque reprimida con dureza, encarcelados y ajusticiados, entre otros, su promotor, Martín de Álzaga, hacían cada día más precaria la situación, que llegó a su fin el 8 de octubre de 1812, cuando una multitud reunida por la Sociedad Patriótica, apoyada por tropas a las órdenes de San Martín, le exigieron su renuncia y la inmediata convocatoria a un Congreso. Formándose el Segundo Triunvirato, compuesto inicialmente por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte, el que de acuerdo a las exigencias, el 24 de octubre , convoca   a elecciones para diputados a integrar la Asamblea Constituyente, cuyos propósitos excluyentes son el tratamiento de la independencia y la constitución que habría de regir en el ex virreinato.  Aunque la Asamblea no contó con el total apoyo de los pueblos integrantes. Que por distintos motivos su funcionamiento se vio interrumpido en varias oportunidades, y su final no fuera una fuerte demostración de unidad territorial y política, sus resoluciones sentaron las bases primordiales del futuro, fundamentalmente humanistas y democráticas: Si bien tuvo que retroceder en su resolución de abolir la esclavitud, ante la airada protesta del imperio del Brasil, país en aquel entonces, netamente esclavista, y decretar la libertad de vientre para todos los hijos de esclavos que naciesen a partir de esa fecha. La abolición total forma parte de nuestra Carta Magna de 1853, mientras que en los Estados Unidos de Norteamérica recién se pone en vigencia en 1865 y el Brasil el 1888. Encargó la composición del Himno Nacional; Estableció el Escudo Nacional Argentino; Elimino el mayorazgo y los títulos de nobleza; Libró a los indígenas de la obligación de pagar tributo; Mandó acuñar Moneda Nacional; Abolió la Inquisición y la práctica de la tortura: Puso fin al tráfico de esclavos; Aprobó un reglamento que reemplazaba al triunvirato por un Director Supremo... 
Pero desde aquel 31 de enero de 1812 y por más de cuarenta años se enfrentaron unitarios y federales. La Asamblea fue disuelta el 18 de abril de 1815. La Provincias Unidas del Río de la Plata, vivieron trágicos días de desencuentro y anarquía, que recién comienzan a normalizarse en 1862… y a pesar de ese intervalo de desintegración y de desunión. De pérdida de territorios y guerras por defenderlos… Las resoluciones de los asambleístas constituyentes del Año Xiii, nos dejaron inamovibles resoluciones civilizadoras y libertarias.
AUC


 

BICENTENARIO DE LA BATALLA DE SALTA
20 de febrero de 1813

Tucumán era aún reciente, y en la marcha hacia Salta -donde Tristán se estaba atrincherando-, Belgrano al frente de su ejército, cuya moral, la victoria había fortalecido.  Apuntalados por la gran cantidad de armamento abandonado en su huída por los españoles y de hombres que se fueron agregando al mismo, duplicando su número. Lo que obligó a tomarse un tiempo para proporcionarles instrucción y hacer hincapié en la necesaria subordinación. Ya ordenados, y listos para entrar en combate, el 13 de febrero a orillas del río Pasaje, les tomo juramente de lealtad a la Asamblea Constituyente que integrada por representantes de casi todos los pueblos del ex virreinato sesionaba en Buenos Aires y a la bandera albiceleste que él creara, la que marchaba al frente de las tropas. Tristán, guarecido en la ciudad de Salta, había hecho fortificar el único acceso a la ciudad. Dio la suerte que entre los componentes de las fuerzas patriotas estaba el capitán Apolinario Saravia, natural del lugar, quien conocía otro camino, si bien un camino de altura, los llevó a sorprender a los realistas. Tras varias acciones de espionaje que aseguraron la ubicación de las fuerzas de Tristán, Belgrano en la noche del 19 de febrero distribuyó sus fuerzas y en la mañana del 20 ordenó atacar, sorprendiendo a los españoles que retrocedían por las calles salteñas quedando acorralados por las fortificaciones que ellos mismos habían levantado. La victoria fue total, pero la caballerosidad de Belgrano disminuyó sus efectos y tras la negativa de aceptar la espada el vencido, además de no recibírsela, hizo jurar a las tropas sobrevivientes que no volverían a tomar las armas contra los patriotas americanos, con el efecto que muchos de ellos americanos de nacimientos se unieron a sus fuerzas. En el campo de batalla habían quedado: 13 muertos y 433 heridos del ejército patriota y 480 muertos y 114 heridos del ejército español. Belgrano ordenó enterrar en una fosa común a los muertos, sobre la cual una cruz recordaba: “Vencedores y vencidos en Salta, 20 de febrero de 1813”   Las victorias de Tucumán y Salta, además del impacto político en Buenos Aires, donde una revolución había disuelto el Primer Triunvirato e instalado al Segundo el que  había  cumplido  con la obligación de convocar a la Asamblea del Año XIII, tuvo también la virtud de recuperar el norte y abrir el paso al Alto Perú. Belgrano recibió, luego de las férreas órdenes de retroceder y las reprimendas y amenazas de proceso: las más altas distinciones, entre ellas la suma de 40 mil pesos, que rechazó para sí, destinándolas a la construcción de cuatro escuelas, en: Tarija, Tucumán, Salta y Jujuy, legado que el Estado tardó más de un siglo en cumplir…
NUESTRO HOMENAJE AL ABOGADO CONVERTIDO EN GENERAL ANTE LA IMPERIOSA NECESIDAD DE RESGUARDAR LA INCIERTA INTEGRIDAD DE LOS TERRITORIOS DEL EX VIRREINATO.



MONUMENTO CONMEMORATIVO DE  LA BATALLA DEL SALTA ERIGIDO EL 15 DE MARZO DE 1899.
AUC.       


“SOY REPUBLICANO, PORQUE ESTE ES EL SISTEMA DE GOBIERNO DE LAS GENTES JUSTAS, SISTEMA MODELO CUANDO SE ADQUIERE Y, POR CONSECUENCIA, NO SE IMPONE CON LA VIOLENCIA Y LA IMPOSTURA”
José Garibaldi – 9 de julio de 1872 – Memorias – Tomo I – Pág. 7

 
DE LA BATALLA DE SAN LORENZO
3 de febrero de 1813

Fue el inicio de la gloriosa trayectoria del Regimiento de Granaderos a Caballo creado por el entonces Teniente Coronel José de San Martín. Ante el pillaje que naves españolas, desde Montevideo, sede entonces, del virreinato del Río de la Plata, que realizaban sin contención alguna, saqueos y tropelías en busca de alimentos para poder resistir el sitio que sufría la ciudad. Al efecto el Primer Triunvirato ordenó a San Martín rechazar el avance de estas y en lo posible anular futuras excursiones, llega San Martín y sus fuerzas compuesta por 140 granaderos y 70 soldados de infantería a las costas de Santa Fe y en su avance avistan once naves españolas que navegaban en las cercanías de la costa occidental del río Paraná. Siguiéndolos por tierra las fuerzas patrióticas se adelantan y se ocultan en las cercanías del Convento de San Carlos, llegando los mismo el 2 de febrero, es decir, el día anterior, lo que permite a San Martín a organizar el desplazamientos de sus fuerzas para atacar en forma de pinza: el ala izquierda a su mando y la otra a cargo del capitán Justo Germán Bermudez. El 3 de febrero desde las 5:30 de la mañana están a la espera del desembarco que recién se produce a la 6:30. Hora en que el clarín de granaderos sonó por primera vez. Empero los españoles en lugar de avanzar hacia el convento lo hacen hacia el pueblo, lo que obliga a San Martín a salir al cruce y en el choque es herido su caballo el que lo arrastra en su caída produciéndose a continuación el heroico episodio de Juan Bautista Cabral quien con su cuerpo cubre al comandante, muriendo a continuación por las graves heridas sufridas en la defensa. Además la desenfrenada arremetida de los comandados por Bermudez y luego por Díaz Vélez producen tal desorden en los españoles huyen dejando sobre el campo de batalla, muertos heridos y armamentos. El desprendimiento de sus hombres tiene su costo, Bermudez muere días después: el 14 de febrero. Y Manuel Díaz Vélez, a los seis meses sin haberse repuesto de las heridas recibidas. San Martín en su parte al Superior Gobierno da cuenta del triunfo y de los pormenores del combate, resaltando que debieron hacer frente al sostenido fuego que partía de los buques y da cuenta que en su fuga los españoles “ …dexando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevado consigo, que por el reguero de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas y una bandera que pongo en mano de V. E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipólito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermudez, y el teniente Manuel Díaz Vélez…”          
Bartolomé Mitre en su mención del heroico acto post morten al Sargento Cabral, dice en una nota remitida a la Asamblea por el Coronel San Martín:”No puedo prescindir de recomendar particularmente a la familia del Granadero Juan Bautista Cabral natural de Corrientes, que atravesado el cuerpo por dos heridas no se oyeron otros ayes que: “Viva la Patria”…  hemos batido al enemigo.
AUC.                      

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
PRIMER COMBATE NAVAL
2 de marzo de 1811
AZOPARDO TRES VECES CONDENADO A MUERTE

Integrada la Primera Junta de Gobierno, Montevideo no se subordinó a la misma, convirtiéndose en sede del virreinato del Río de la Plata, y como consecuencia la mayor cantidad de los buques preparados para la guerra quedaron en poder de los españoles allí acantonados. Lo que fue de gran valor, porque mientras por tierra los sitiábamos, por agua ellos navegaban libremente, manteniendo su supremacía sobre el Río de la Plata, y los ríos Paraná y Uruguay, con el latente peligro de invasión: Es entonces que el gobierno de Buenos Aires encomendó a su vocal de Marina, la integración de una escuadra naval, confiando este, su mando en el entonces coronel de marina Juan Bautista Azopardo, de origen maltes que había llegado a estas costas en 1800 y participado como corsario durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807. El resultado de este primer enfrentamiento naval que tuvo lugar frente las costa de San Nicolás, el 2 de marzo de 1811, no nos fue favorable, quedando los españoles con el poder momentáneo de las aguas mencionadas. La fuerzas patriotas, además de las pérdidas materiales y humanas, sufrieron la de su comandante quien tomado prisionero fue traslado a España donde se les juzgó y condenó a muerte en tres oportunidades, siendo indultado por cada una de ellas. Posteriormente como resultado del levantamiento liberal encabezado por el general Rafael del Riego, Azopardo fue liberado, volviendo a integrar las filas de nuestra armada.
AUC.

SAN MARTÍN EN ESPAÑA

Desde su Yapeyu natal, junto con su familia viaja desde la gobernación de los pueblos guaraníes ejercida por su padre a Buenos Aires, donde permanecen a la espera de un nuevo destino de este,  entre 1781 y 1784, en el ínterin los jóvenes San Martín asisten a la escuela de los padres dominicos incluyendo a José Francisco. Una vez vueltos a España, siendo su padre asignado al Estado Mayor de la Plaza de Málaga, José Francisco en carácter de hijo de capitán ingresa al Seminario de Nobles, donde aprende idiomas, geografía, historia, retórica, física experimental, matemáticas, entre otras materias. A su pedido, invocando los años de servicio de su padre y la incorporación de sus hermanos, solicita se admitido en el Regimiento de Murcia, lo que se produce en julio de 1789 (1) –año de la Revolución Francesa- , como cadete del regimiento de línea número veinte de la citada unidad del ejército español, contando once años de edad.  En 1790 estuvo asignado a la guarnición de Melilla, y al año siguiente, agregado a la compañía de granaderos y con solo trece años tuvo su bautismo de fuego en Orán, siendo herido, permaneciendo en ella hasta la entrega de la plaza. Mientras tanto se complicaba irreversiblemente la situación en Francia, los Borbones parientes cercanos de la reyes de España estaban cada día más cercanos al cadalso. España desplazó tres ejércitos a lo largo de la cordillera pireinaco. El regimiento de Murcia debió acudir y tras soportar largas marchas entre valles y montañas se incorporarse a la línea defensiva. El adolescente San Martín recibió durante ocho meses instrucción como guerrero de alta montaña. Este fue, sin duda, un aprendizaje esencial para sus futuros planes en América, siendo el único militar con experiencia de montaña de los llegados a Buenos Aires a colaborar con la Independencia. Conocimientos que mantuvo en jaque al general Marco del Pont, que del otro lado de los Andes permanecía expectante por donde sería la invasión. A los quince años formando parte del regimiento de Seo de Urgel, fue ascendido a oficial, como segundo subteniente. Combatió en el Rosellón. Cruzó con el regimiento de Murcia los Pirineos. Luego al incorporarse al movimiento de contraofensiva dirigido por el general Antonio Ricardos, el primer gran estratega con quien el joven oficial tuvo oportunidad de aprender. Participó de batallas favorables, pero a fines de 1794, las tropas francesas recuperan posiciones y toman prisionero a San Martín, junto a otros compañeros. Liberado, fue ascendido a primer subteniente. En 1795, fue ascendido a segundo teniente. Al año siguiente España entró en guerra con Gran Bretaña, conflicto que duró cinco años y fue de suma importancia en la vida militar del futuro Libertador, ya que durante la misma, adquirió conocimientos de índole naval que debieron serle de suma utilidad durante la segunda fase del plan americano, la del desembarco en Lima. En 1797 ingresó como voluntario de infantería de marina en la fragata Santa Dorotea. En 1801 intervino en la rápida campaña contra el Portugal. Terminada la guerra con Gran Bretaña, se inicia una fuerte reforma de los cuerpos del ejército español, surgiendo un batallón de infantería ligera “Voluntarios de Campo Mayor” en el que San Martín empezó a desempeñarse en 1803 como ayudante segundo.  Adquiriendo experiencia de organización, equipamiento y instrucción de la tropa. Conocimientos vitales para crear de la nada el Ejército de los Andes. El 23 de junio de 1808, todavía al servicio de España, nos lo muestra en una de las hazañas que dieron le dieron relieve de heroísmo. Fue en Arjonilla. España ardía en su rebelión contra los invasores. Incorporado su cuerpo al ejército de Andalucía, que comandaba el general Castaño. Salió al encuentro de los franceses, que encabezados por el general Dupond, llegaban franqueando la Sierra Morena. San Martín -“valeroso oficial”, señalo seis después la Gaceta Ministerial-, atento a la orden de su jefe, lanzó su tropa con tanta intrepidez que logró desbaratarlos completamente, dejando estos, en el campo de batalla diez y siete dragones muertos y cuatro prisioneros heridos, habiendo emprendido la fuga el oficial francés y los restantes soldados, con tanto espanto, que hasta los mismos morriones arrojaban con terror. “Mucho sintió San Martín y su valerosa tropa que se les escapase el oficial y los demás soldados enemigos, pero oyendo tocar retirada debió reprimir su ambición de gloria” ; así lo registro la misma Gaceta, que agrego: que San Martín “… hizo un distinguido elogio de toda su tropa -21 jinetes-, particularmente del sargento de húsares Pedro de Martos, y del cazador del mismo, Juan de Dios, que con eminente riesgo le  salvó la vida”.  Fue Arjonilla por su carácter de sorpresa un anticipo de San Lorenzo?... donde Juan Cabral, fue menos afortunado que Juan de Díos!.  Después de la cual fue ascendido a Capitán del Regimiento de Caballería de Borbón. Abandonado así la infantería  luego de servir diecinueve años en ella, ya que sus funciones en el Estado Mayor así lo exigían. El 19 de julio, las fuerzas españolas reunidas enfrentaron a las francesas junto a la ciudad de Bailén, donde los veintiún mil hombres a las ordenes del general Dupond, sufrieron la primer gran derrota como integrantes de la tropas napoleónicas, durante la misma San Martín tuvo una actuación distinguida que le valió su ascenso a teniente coronel. Como ayudante en el ejército de Cataluña entre los años 1809 y 1810, participó en la organización de la guerra de guerrillas populares. Aprendizaje que debió serle de vital importancia en el adiestramiento y órdenes que impartió a Güemes y sus hombres. “Recordemos que colaboró con las fuerzas inglesas en la frontera entre Portugal y España para contener la ofensiva de Massena, integrando el Estado Mayor de Wellington, futuro vencedor de Waterloo”. En 1811, como integrante de las divisiones de Cádiz partieron para Cataluña, donde se unieron a los ingleses que comandaba Beresford -el de la primera invasión inglesa-, participando en la sangrienta batalla de Albuela librada el 16 de mayo. Luego de esta batalla, con treinta y tres años de vida y más de veinte de continuada milicia, tres de los cuales en medio de esa conmoción social provocada por el levantamiento del pueblo sin precedentes y con el recuerdo del poder de la turba descontrolada que el 29 de mayo de 1808, había asesinado a su antiguo jefe y amigo, el general Solano. Experiencia que le hizo huir de toda confrontación  interna. Vuelve a su tierra natal, para iniciar en base a sus experiencias y anhelos el camino de la libertad y la inmortalidad.  (1)-El día varia en las publicaciones.


ASOCIACIÓN CULTURAL SANMARTINIANA DE LA MATANZA
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