ASOCIACION CULTURAL SANMARTINIANA DE LA MATANZA

Reconocida Oficialmente por el Instituto Nacional Sanmartiniano - Ley 15588
Fundada: 5 de Abril de 1975
Actividad: Historica, Cultural, Educativa y Social
Correo Electronico: acsanmartinianamatanza@yahoo.com.ar

viernes, 23 de mayo de 2014

Informativo Nº 99



INSTITUTO NACIONAL SANMARTINIANO
ASOCIACIÓN CULTURAL
SANMARTINIANA DE LA MATANZA

Informativo trimestral: Enero, Febrero y Marzo de 2014, Año XXXIX, No99

“¡YO MUERO, PERO LA TEA QUE DEJO ENCENDIDA NADIE LA PODRÁ APAGAR!”
PEDRO DOMINGO MURILLO, AL PONER SU CABEZA EN LA HORCA EL 29 DE ENERO DE 1810

BICENTENARIO DEL ENCUENTRO DE BELGRANO Y SAN MARTÍN



 José Martí y San Martín
Un día, cuando saltaban las piedras en España al paso de los franceses, Napoleón clavó sus ojos en un oficial, seco y tostado, que vestía uniforme blanco y azul: y se fue sobre él, y leyó en el botón de la casaca el nombre del cuerpo: “Murcia”. Era el niño pobre de la aldea jesuítica de Yapeyú, criado al aire entre indios y mestizos, que después de veintidós años de guerra española empuñó en Buenos Aires la insurrección desmigajada, trabó por juramento a los criollos arremetedores, aventó en San Lorenzo la escuadrilla real, montó en Cuyo el ejército libertador, pasó los Andes para amanecer en Chacabuco; de Chile, libre a su espada, fue a Maipú a redimir el Perú; se alzó protector en Lima, con uniformes de palmas de oro; salió, vencido por sí mismo, al paso de Bolívar avasallador, retrocedió, abdicó; cedió a Simón Bolívar toda la gloria; pasó solo por Buenos Aires, se fue a Europa, triste, murió en Francia, con su hija Mercedes de la mano, en una casita llena de flores y de luz. Escribió su testamento en una cuartilla de papel, como si fuera el parte de una batalla; le había regalado el estandarte que el conquistador Pizarro, trajera a América hace cuatro siglos, y él le regalo el estandarte, en su testamento al Perú.
Así lo describió José Martí…

 EL ABRAZO FRATERNO
Con ocho años de diferencia de edad, Manuel Belgrano había nacido en Buenos Aires en 1770; San Martín en 1778. Cuando este desde su Yapeyú natal llega a Buenos Aires, con su familia, donde su padre ascendido a Capitán debía esperar un nuevo destino. Asiste junto con sus hermanos a la escuela. Sus padres de profunda fe religiosa ingresan a la Tercera Orden de Santo Domingo. Don Juan como vocal de la Comisión Directiva entre los años 1782 y 1783, su firma en las actas figura –entre otras- al lado de Domingo Belgrano, padre de Manuel, lo que no  significa que el niño y el joven se hayan conocido, ningún historiador a previsto esa

circunstancia. Mientras Juan de San Martín parte con su familia para España en 1784 y el joven José se alista como cadete en el Regimiento de Murcia en 1789. Manuel Belgrano parte con el mismo destino en 1786, con el fin de estudiar comercio… pero, doctorando en leyes, vuelve a Buenos Aires en 1794 para ejercer el cargo de Secretario “perpetuo” del Consulado… San Martín va ascendiendo en su carrera militar y en especial en la lucha contra la invasión napoleónica. Producida la Revolución de Mayo, Belgrano integrante de la misma es puesto al frente de un ejército que primero marcha a la Banda Oriental y luego es desviado al Paraguay…. En 1812 San Martín retorna a su patria para colaborar en su Independencia, creado el Regimiento de Granaderos a Caballo, vence a los españoles en San Lorenzo el 3 de febrero de 1813. Belgrano en el Norte, tras ponerse al frente de un ejército derrotado, desordenado y sin los medios necesarios para funcionar como tal, lo ordena y desobedeciendo a Buenos Aires, logra resguardar la revolución venciendo a los realistas en dos gloriosas batallas: Tucumán y Salta. Luego sucesivas derrotas que culminan en Vilcapugio -significó una segunda pérdida del Alto Perú… - Recibe San Martín la orden de marchar a reemplazarlo. En el ínterin, sin conocerse personalmente había fluido entre ellos el aprecio a las virtudes de cada uno, había existido un intercambio epistolar, más aún San Martín le había hecho llegar literatura sobre estrategia militar y en una oportunidad en que se dudaba de la capacidad militar de este, lo defendió con ardor diciendo que era el mejor general que teníamos. San Martín entonces Coronel, una vez producido el encuentro y el fraternal abrazo, se puso a las órdenes de Belgrano, lo que este no acepto… Lo que sigue de nuestra gloriosa epopeya y del resto del camino de cada uno de ellos, son respaldados por la unción, el respeto y el homenaje permanente de todos los que amamos a nuestra Patria. 
AUC.

 SARMIENTO, TAMBIÉN NACIÓ EN FEBRERO
Con le resultado del Primer Censo Nacional –que él había ordenado- no tuvo dudas al expresar: “Con un pueblo ignorante siempre tendremos las posibilidades de que nos gobierne un Rosas”. Ricardo Rojas lo recordó: …unos decían: es un poeta, aunque solo escribió en prosa cincuenta y dos volúmenes; otros decían: es un artista, aunque no cultivó ninguna de las bellas artes; otros un pensador, aunque no se ciñó a ninguna escuela filosófica; y otros un político, aunque carecía de astucia y partido. Fue concejal, ministro, gobernador, diplomático, senador, presidente… llegó a todos esos poderes llevando consigo la tempestad; además fue redactor de periódicos, general de nuestro ejército y maestro de escuela. Sin duda su carácter gruñón y su orgullo se verían ampliamente satisfechos con los títulos que la posteridad lo ha distinguido: en 1943, la Conferencia Interamericana de Educación celebrada en Panamá lo designó: “Maestro Universal de la Educación Popular”. Domingo Faustino Sarmiento Quiroga –primo en quinto grado del Tigre de los Llanos- desde su juventud sanjuanina dedicó su vida a procurar la propagación de la enseñanza y la libertad del individuo; intolerante a todo lo que pudiera apartarlo de ello. A pesar de su participación en el derrocamiento de Rosas en 1852, por no soportar la obligación de usar cintillo rojo, se apartó airadamente de Urquiza. El profesor Américo Ghioldi se refirió a Sarmiento diciendo: “Es la presencia más continua, vital y profunda de los argentinos”. En San Juan, el entonces presidente de la Nación, Ricardo Raúl Alfonsín lo evocó recordando: “Me parece que recordamos injustamente la figura de Sarmiento, cuando lo vinculamos exclusivamente a la actividad docente, quien tuvo la pasión educadora porque fue un hombre político; tuvo el empuje alfabetizador porque comprendió que sin instrucción generalizada no es posible ni democracia ni economía; cuando funda escuelas y difunde bibliotecas populares está pensando en el país de cien millones de habitantes que tenía en mente cuando defendió en el Senado, ante la risa de muchos colegas, la instalación de ferrocarriles. Era el mismo hombre público, el Director de Escuelas de la provincia de Buenos Aires y el fundador de la Escuela Militar de la Nación y el de la Escuela Naval, el Primer presidente del Consejo Nacional de Educación y el impulsor del alambrado en la pampa y de la mestización de los ganados”. De este autodidacta: “Doctor de la Universidad de Michigan”, que supo ver todas las necesidades para crear una Nación. “…demasiadas visiones para un hombre solo”, dijo Armando Alonso Piñeiro, agregando: “solo críticos con anteojeras, no llegan a definir la vigencia contemporánea y vigente de Sarmiento”.  De quien “un gigantesco busto en la entrada del Latin American Collectión, en la Universidad de Texas, en Austin, U.S.A.”, demuestra que los norteamericanos creen que es la única figura capaz de representar la vitalidad de la cultura latinoamericana… y también dice “que el rosismo empeñado en su prédica antiliberal, ha incurrido en gruesas inexactitudes con tal de denostar a figuras claves del pasado, como Mitre, Roca, Sarmiento y Avellaneda” Para Jorge Luís Borges: “La historia argentina puede centrarse en el subtítulo del Facundo: Civilización y Barbarie. No es la historia de las masas, sino de individuos que tomaron una decisión y, entre ellos, el más extraordinario fue Sarmiento; si hubo un hombre fue él”. Y en los últimos versos de una poesía a su memoria, lo recuerda así: 
Del tiempo que es después, antes, ahora,
Sarmiento el soñador sigue soñándonos…
Solo nos atrevemos agregar a doscientos tres años de su natalicio: que fue el maestro por antonomasia, el padre de la cultura argentina, el visionario fundador de la patria que buscó el camino más sólido y perdurable para una república organizada y democrática: la educación.
AUC.

También nació en febrero…
 NACIÓ EL 27 DE FEBRERO DE 1812, A ORILLAS DEL PARANÁ
CREADA POR EL GENERAL MANUEL BELGRANO…
GLORIOSA ENSEÑA DE LA PATRIA MIA,
EL PARANÁ EN SUS BRISAS TE ENVOLVIÓ
Y EN SU RIBERA TREMOLASTES UN DÍA
EN QUE BELGRANO AL MUNDO TE MOSTRÓ

 ALMIRANTE GUILLERMO BROWN
En el año dedicado a homenajear su memoria, por cumplirse el Bicentenario de la Batalla de Montevideo que puso fin al último reducto de la dominación española en el Río de la Plata es decir: lo que quedaba de virreinato y de su último virrey Francisco Javier de Elío. Guillermo Brown había nacido hace 157 años, en Foxford, Irlanda el 22 de junio de 1777. Siendo niño había emigrado con sus padres a los Estados Unidos y tras años de desempeñarse como marino en distintas funciones, partió para el Río de la Plata, radicándose por breve tiempo en Montevideo, adquirió una goleta con la que llegó a Buenos Aires unos meses antes de Mayo, convertido en comerciante donde lo sorprenden, los acontecimientos de la Revolución, a la que se adhiere y en 1814 acepta en mando de una escuadrilla para hacer frente el bloqueo de los buques españoles con base en Montevideo, El gobierno patrio convencido de la imperiosa necesidad de liberar las trabas que le impedían la libre navegación en el litoral y fundamentalmente por el Río de la Plata, adquiere con la importante ayuda monetaria de componentes del gobierno y otros patriotas, un conjunto de diez naves de distintos calados y tamaños, puesto a frente el 10 de marzo de 1811, se allegan a la isla de Martín García y toman posesión de la misma. Luego de victorias y derrotas, el 17 de mayo de 1814 obtuvo la victoria definitiva con la expulsión de los españoles, con la entrada del ejército patriota en el mes de junio a Montevideo. Este hecho tan trascendental para Buenos Aires, fue el que quito la mayor parte de los temores que obnubilaban las órdenes ante posibles represalias de una invasión española-lusitana,  y dio mayor fuerza al plan continental que San Martín pergeñaba en Cuyo y la fuerte demanda de la declaración de la Independencia. Con el fin de afectar el comercio español, sembrar alarma y generar recursos económicos, el gobierno de Buenos Aires acepta la sugerencia de armar una escuadrilla corsaria, que puso bajo el mando de Brown, la misma estaba compuesta por la Fragata Hércules al mando del capitán Wlater Dawes Schityy (cuñado de Brown). A cuyo bordo viajaba el comandante; el bergantín Santísima Trinidad comandada por Miguel Brown, hermano de Guillermo; la corbeta Halcón a las órdenes de Hipólito Bouchard y la goleta Constitución al mando del capital Oliveiro Russell. La expedición capturo varias presas importantes, sitió la fortaleza del Callao, enarbolando el pabellón patrio a distintas y lejanas tierras. Herido en combate, Brown, debió regresar a Buenos Aires, recibiendo los honores de Comandante General de Marina. A resulta de la herida quedo cojo, retirándose a su quinta de Barracas, desde donde en 1828 es requerido por el presidente Rivadavia, para combatir la escuadra imperial brasileña, derrotándola en el combate
de Los Pozos y meses después repitió sus proezas en el combate de Juncal. Volvió a la vida privada con un intervalo en 1837 en que visitó su tierra natal. En 1841, convocado por Rosas organizó la escuadra que hizo frente a los buques extranjeros que tanto perjudicaban al normal desarrollo comercial de entonces, lo hizo con


la misma disposición de siempre para la concreción y el desarrollo de su patria adoptiva. Falleció el 3 de marzo de 1857, hace 156 años, expresando “Con el principal a bordo, ya puedo cambiar de puerto”        

Fuentes: Datos biográficos varios;
Capitán de Navío José Horacio Giaquinta.
AUC.

JERÓNIMO ESPEJO
último Capitán de San Martín
 Nació en Mendoza. No había cumplido quince años cuando se presentó ante el Libertador en el campamento del Plumerillo y fue dado de alta como cadete en el Ejército de los Andes. Fray Luís Beltrán lo inicio en el arte de los cañones. El alférez Espejo, que estaba destinado a ser el último sobreviviente de los capitanes de San Martín, cruzó con sus piezas la Cordillera y las hizo tronar en Chacabuco, bajo la mirada aprobadora de su sublime Jefe. Al año siguiente los hacía volver a hablar en la campaña del sur de Chile. No los dejó enfriar en la noche de Cancha Rayada y los volvió a hacer entrar en acción cuando sonaron las dianas de Maipú. San Martín había comprendido ya el genio guerrero de aquel héroe casi niño y no vaciló en encargarle las más difíciles y peligrosas misiones, que el bravo mendocino cumplió con arrojo y eficacia. En 1820 llegaba al Perú, incorporado al estad mayor del Gran Capitán, al año siguiente se hallaba en el sitio de Lima, en el actuó como parlamentario y desempeño otras actividades reservadas. Ya era capitán, ascendido dos veces sobre el campo de batalla. Después de la capitulación de Lima tomo parte de la famosa expedición a los Puertos Intermedios, bajo las ordenes del mariscal Sucre. Corría 1824. Cumplida su epopeya libertadora. San Martín se había ido. El mayor Espejo, veterano de veintitrés años, supo que su antiguo y gloriosos Jefe, muerta su amada compañera, había emprendido el camino del exilio y adivinó, lleno de dolor, que no volvería a verlo jamás. Jerónimo Espejo partió para Buenos Aires, ostentando en su juvenil pecho el escudo: “Fui de los libertadores”. Declarada la guerra al Brasil, que la provocará con sus invasiones por tierra y por agua; se incorporo de los primeros en el ejército del general Alvear y combatió junto a Paz, Lavalle y Lamadrid. Sobre el campo sangriento y glorioso de Ituzaingó fue ascendido a Teniente Coronel. Cerrando el ciclo épico de su vida, el comandante Espejo aparece ahora fugazmente en la guerra contra los indios. En 1831, es ministro de guerra del gobierno general de las provincias coaligadas, y al iniciarse el segundo y prolongado gobierno de Juan Manuel de Rosas, emigra a Bolivia y luego al Perú, donde reside por largos años. Se hallaba en el puerto de Mojos, cuando supo que su hermano el capitán José Espejo, que había combatido bajo las banderas unitarias de Lavalle, había caído prisionero y sacrificado junto con el gobernador de Tucumán, el Manco Avellaneda, en 1841. El Coronel Espejo vuelve a la patria después de Caseros. Fue miembro de la Cámara de Representantes de Mendoza y del Congreso de la Confederación. Tesorero y administrador de aduanas, inspector general del ejército, subsecretario de guerra y marina del gobierno nacional; desempeñando otros cargos de responsabilidad en los años siguientes. Su mayor virtud, fue que no olvidó nunca al general San Martín, que le entregará su espada de alférez cuando se preparaba para cruzar los Andes y libertar a Chile y al Perú. Fue en un villorrio de Bolivia donde supo de la muerte del Libertador en Boulogne sur Mer. Escribió crónicas y recuerdos de la epopeya sanmartiniana. Siendo en 1882, en reconocimiento a su entrega a la Patria, ascendido a General de División. Vivió sus últimos años en el culto y la evocación del Gran Capitán de los Andes. Lo recordaba permanentemente  en su solitaria ancianidad de hombres sin hogar, pues no se casó nunca, cuando veía desaparecer uno tras otros a sus gloriosos compañeros de epopeya. El debió ser el último, dejó de existir el 18 de febrero de 1889, a seis días de conmemorarse el septuagésimo segundo aniversario de la batalla de Chacabuco, donde recibiera su bautismo de gloria y de sangre. Ochenta y ocho años contaba al morir el último de los Capitanes de San Martín.       
AUC.

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“La seguridad es el primer premio que recibe el hombre que renuncia a sus derechos naturales
para vivir en sociedad”  11 de junio de 1810