1813 - 20 de febrero - 2013
Bicentenario de la Batalla de Salta
El
20 de febrero de 1813 se libraba Batalla de Salta, uno de los hitos históricos
más importante en la epopeya patriótica argentina. El 21 de febrero de 1813, un
día después de librar la
Batalla de Salta, el general vencedor Manuel José Joaquín del
Corazón de Jesús Belgrano, escribía sobre ella al Gobernador Intendente de
Córdoba: "Las armas de la
Patria se han cubierto de gloria en el día de ayer, veinte,
logrando una completa victoria sobre sus enemigos". Tal como relata
Belgrano, la batalla fue un triunfo completo para las armas de la patria
permitiendo recuperar los territorios de Salta y Jujuy hasta Tupiza para la
causa revolucionaria, destacándose los jefes y oficiales Eustaquio Díaz Vélez,
Manuel Dorrego, Carlos Forest, Apolinario Saravia, Gregorio Perdriel, Cornelio
Zelaya, Gregorio Bernabé Aráoz de La
Madrid, José María Paz, Rudecindo Alvarado, Ignacio Warnes,
entre otros. Más de 3.000 soldados realistas junto a sus jefes y oficiales
fueron rendidos en el campo de batalla y tomadas sus armas y artillería.
Belgrano dispensó al general enemigo, su amigo personal Pío Tristán, de la
humillación de entregar su espada y al mismo tiempo firmó con él los términos
de la capitulación en la que permitía a los prisioneros volver a sus casas bajo
juramento de no volver a tomar las armas en contra de la causa americana. Así
Belgrano hizo oídos sordos al clamor de sus propios oficiales que le indicaban
fusilar a todos los prisioneros, pues su pensamiento consistía en hermanar a
los pueblos, convencido de la necesidad de que: "Cesen las rivalidades y
motivos de disensión, amándose mutuamente como hermanos que se hallan
íntimamente unidos por los vínculos de sangre y de interés comunes".
Belgrano bien comprendía que la guerra de la independencia tenía la impronta de
una guerra civil donde hermanos luchaban contra hermanos, en tanto que en ambos
bandos los ejércitos estaban integrados por americanos. La noble decisión del
creador de la bandera de liberar a los enemigos desató sobre él una gran
cantidad de críticas ante las cuales apesadumbrado respondió: "Siempre se
divierten los que están lejos de las balas y no ven la sangre de sus hermanos,
ni oyen los clamores de los infelices heridos; también son esos los más a
propósito para criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna, dan
conmigo que me río de todo y que hago lo que me dicta la razón, la justicia y
la prudencia y no busco glorias, sino la unión de los americanos y la
prosperidad de la Patria".
En esas palabras podemos encontrar al hombre de espíritu elevado y gran visión
que comprendía que la guerra debía ser lo menos cruenta posible ya que se
libraba en esta tierra con sus terribles consecuencias. Bajo ese mismo influjo
mandó colocar una cruz sobre la fosa común que albergaba a los caídos de ambos
bandos bajo la leyenda: "A los vencedores y vencidos".Tal como lo
comprendía su hermano de causa el entonces coronel José de San Martín,
triunfante en San Lorenzo, Belgrano también intentaba minimizar los efectos de
la guerra aun contra la opinión de todos: "¡Quién creyera! me escriben por
la capitulación, y porque no hice degollar a todos, cuando estoy viendo
palpablemente los efectos benéficos de tal decisión". De esta forma, ambos
Padres Fundadores consideraban la lucha armada como un mal necesario para lograr
el éxito de la causa pero, al mismo tiempo, trataban de librarla con las
menores pérdidas humanas posibles, pues entendían que el costo final de una
guerra prolongada y sangrienta lo pagaría únicamente "La América". Con motivo
del triunfo logrado en Salta, la Asamblea General Constituyente instalada en
Buenos Aires el 31 de enero de 1813, declaró a Belgrano, oficiales y soldados
"Beneméritos en Alto Grado", disponiendo la entrega al general de un
sable de honor engarzado en oro y en la hoja grabado: "La Asamblea Constituyente
al Benemérito General Belgrano" otorgándole el equivalente a 40.000 pesos
los que rechazó, en carta dirigida al soberano cuerpo el 31 de marzo de 1813
diciendo: "El honor con que V.E. me favorece me empeña sobremanera a
mayores esfuerzos y sacrificios por la libertad de la patria... Ni la virtud ni
los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos
(...); nada hay más despreciable para el hombre de bien, para el verdadero
patriota que merece la confianza de sus conciudadanos en el manejo de los
negocios públicos, que el dinero o las riquezas (...). Es propio de mi honor y
de los deseos que me inflaman por la prosperidad de mi patria, destinar los
presados 40.000 pesos para la dotación de cuatro escuelas de primeras
letras".Esta Batalla y el Año XIII, que hoy recordamos, fue uno de los más
importantes de la
Revolución. Así, a la inauguración de la Asamblea General
Constituyente, siguieron los triunfos de San Lorenzo por San Martín y de Salta
de manos de Belgrano, sellando desde ese momento el camino independentista y
consagrando como líderes de la causa de Mayo a los dos máximos exponentes del
ideal independentista, ya que como expresamos hace algunos años: "Ambos
próceres nos dejaron un legado de liderazgo y patriotismo que debemos retomar
y, sobre el valor de la amistad, la unión y concordia, construir una nueva
Nación".