INSTITUTO NACIONAL SANMARTINIANO
ASOCIACIÓN CULTURAL SANMARTINIANA
DE LA MATANZA
INFORMATIVO ENERO-FEBRERO-MARZO 2012-AÑO XXXII-NRO.91
AÑO DEL BICENTENARIO DE LA CREACIÓN DE LA BANDERA NACIONAL
Y DEL RETORNO A LA PATRIA DE JOSÉ DE SAN MARTÍN
Enero-Febrero: los “seis pasos” hacia la libertad
“La labor de ablandamiento fue lenta, premiosa, difícil. En materia de audacia, de imaginación y de inteligencia se alcanzó niveles tan formidables que hasta hoy impresionan” (1)
En base a la investigación encomendada a José Antonio Álvarez Condarco, San Martín distribuyó con fines precisos el cruce de los Andes de su ejército, que el 1º. de agosto de 1816, el primer Director Supremo del nuevo estado independiente surgido el 9 de julio anterior: Juan Martín de Pueyrredón, había, de acuerdo a los planes de San Martín, autorizado su preparación, asignándole de acuerdo al decreto respectivo el nombre de “Ejército de los Andes”; designando oficialmente a este, como General en Jefe. Completadas todas las etapas necesarias para completar y equipar sus fuerzas, dotarlas de todos los implementos para el traslado, alimentación, expertos en abrir caminos, armamento pesado, servicio sanitario y otros, además de los 1600 caballos extras y las 9281 mulas.
Previo a la salida, Toribio de Luzuriaga cursó invitación para asistir a la jura de la bandera, que había sido confeccionada por un grupo de damas mendocinas y la entronización de la Virgen Patrona del ejército, en la invitación Luzuriaga pide que en la noche de la víspera se iluminen las casas consistoriales y que en el día de la festividad se adornen de colgaduras para hacerla más suntuosa. A las diez de la mañana, hizo su entrada a la ciudad el Ejército de los Andes, entre exclamaciones de la multitud exaltada y el repique simultáneo de las campañas de ocho iglesias.
San Martín puso su bastón en la mano derecha de la Virgen y tomando la bandera subió con ella a la plataforma levantada en la plaza. Todos los cuerpos del ejército presentaron armas; los tambores batieron marcha de honor y se produjo un religioso silencio. El general con la cabeza descubierta pronunció con vibrante voz: “¡Soldados! … ¡Esta es la primera bandera independiente que se bendice en América!” … y ante un estruendoso “¡Viva la Patria!” del pueblo, con acento más esforzado agregó: “¡Soldados! … Jurad sostenerla muriendo en su defensa como yo lo Juro!” … “¡Juramos”, respondieron todos a una sola voz. Tras este importante paso de unidad y compromiso, bajo una enseña propia y soberana, los jefes y las tropas se prepararon para la magna empresa. Es así que el primer grupo compuesto por 140 hombres a las ordenes del Teniente Coronel Juan Manuel Cabot, partió el día 12 de enero hacia el Paso de Guana -cuyo transito se eleva hasta los 4.200 msnm-, con la misión de tomar Coquimbo y La Serena. El segundo grupo comandado por el Teniente Coronel Ramón Freire e integrado por 900 hombres, partió el día 14, para atravesar los Andes a través del Paso del Planchón cuya altura máxima era de 3.800 msnm, con el objetivo de tomar Curicó y Talca. El tercero, cuyo jefe era el Teniente Coronel Francisco Zelada, partió el día 15, compuesto por 130 hombres, debiendo atravesar el Paso de Come-Caballos que llegaba a los 4.100 msnm,, con ordenes de apoderarse de Copiapó y Huayco. El cuarto, encabezado por el Capitán José León Lemos, con 55 hombres debía pasar a través del Paso del Portillo, con 4.500 ms sobre el nivel del mar, y tomar San Gabriel. El quinto a las ordenes del Brigadier Juan Gregorio de Las Heras, partió el día 17 por el Paso de Uspallata, cuya altura mayor llega a los 3.400 msnm, y esperar en el Valle de Aconcagua al otro grueso de la tropas integrado por 1500 hombres que al mando de San Martín, Soler y O’Higgins, atravesaba el Paso de los Patos, para marchar sobre Santiago. Previa a la salida de este grupo, dada la extensión del paso y a la altura que llega el mismo: 5.000 msnm, San Martín ordeno llevar abastecimientos que se depositaron en la zona de Los Manantiales a 3.200 msnm, (Calingasta-San Juan). La llegada de los distintos grupos fueron originando desconcierto, logrando la separación de las tropas realistas que en su conjunto doblaban a las patriotas. Produciéndose distintos enfrentamientos previos a la gran batalla: Los Potrerillos, Guardia Vieja, Achupalas, Las Coimas y el 12 de febrero: CHACABUCO. Su parte de la batalla, fechado en Santiago de Chile, el 22 de febrero, dice:”EN VEINTICUATRO DÍAS HEMOS HECHO LA CAMPAÑA, PASAMOS LAS CORDILLERAS MÁS ELEVADAS DEL GLOBO, CONCLUIMOS CON LOS TIRANOS Y DIMOS LA LIBERTAD A CHILE”
(1) La Guerra de Zapa, pág.15, Santa Fe 1954.
1812-2012
“es la bandera de la patria mía … “
El 27 de febrero de 1812, nació la bandera nacional, es decir hace doscientos años, que el Dr. General Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, la mandó hacer y al atardecer de ese día enarboló en las barrancas del Paraná, zona en la que se había instalado y fortificado para impedir el paso de las tropas españolas que desde Montevideo causaban destrozos y robos. Una vez izada ante la tropa formada al efecto, pidió a éstas el sagrado juramento de defenderla hasta morir. Este acto que duró minutos y que tanta trascendencia tendría para la naciente Nación, ya que a partir de ese acto sería identificada por sus colores; causo tremendo susto a los integrantes del Primer Triunvirato, quienes, como afirma varios renombrados historiadores: “habían luchado con denuedo por tener un gobierno propio, pero no pensaban en la independencia”. Confirmando lo dicho por Belgrano en sus escritos: “que como secretario del Consulado debió actuar con algunos de ellos, que defendían primero sus intereses personales antes que los del pueblo”, es decir: que les convenía seguir comerciando en las condiciones presentes que aventurarse a una separación definitiva e incierta para ellos.
Para fortalecer la decisión de Belgrano, retrocedemos a los años en que las circunstancias crearon la certidumbre, que protegerse y gobernarse, no era cosa difícil para quienes habían que tenido que luchar solos para mantener estas tierras al margen de los continuos acuerdos y desacuerdos que en Europa, que producían guerras e invasiones a productivas o estratégicas colonias por apetencia de los estados poderosos. El espíritu visionario de Belgrano había sido fortalecido por sus estudios en España. Dice él: “Confieso que mi aplicación no la contraje tanto en la carrera que había ido a aprender, como al estudio de los idiomas vivos, de la economía política y al derecho público, y que en los primeros momentos en que tuve la suerte de encontrar hombres amantes al bien público que me manifestaron sus últimas ideas, se apoderó de mí el deseo de propender cuanto pudiera al proyecto general y adquirir renombre con mis trabajos hacia tan importante objetivo, dirigiéndolos particularmente a favor de la patria … “. Y tan grande fue su responsabilidad que anota: “Confieso que me indigné, y que nunca sentí más haber ignorado, como ya lo dije anteriormente, desconocer los rudimentarios de la milicia, todavía fue mayor mi incomodidad cuando vi entrar las tropas enemigas, y su despreciable número para una población como la de Buenos Aires …”. Tanto fue su responsabilidad, que luego de un fallido aporte a la Reconquista, habiéndosele designado sargento mayor en la tropa de voluntarios que se preparaban para la futura Defensa … “tomé un maestro que me diese alguna noción de las evoluciones más precisas y me enseñase por principios el manejo de las armas, fue obra de pocos días; me contraje como debía, con el desengaño que había tenido en la primera operación militar, de que no era lo mismo vestir el uniforme del tal, que serlo”. Luego de la Defensa, le cupo la responsabilidad de tomar juramento a oficiales prisioneros, por tal motivo paso a su habitación el Brigadier General Crawford, con quien, a través de sus pocos conocimientos del francés, tuvo una extensa conversación, durante la cual el inglés le habló de independencia, quizás con la esperanza de crear vínculos que fueran desalojando a España, a estos argumentos contesto Belgrano: “que ciertamente nosotros queríamos al Amo viejo o ninguno”.
De esos días de la Reconquista, de la Defensa y subyacentes en algunos el conocimiento de intentos fallidos, va tomando cuerpo la idea de la emancipación, que aun a medias, se concreta en la Semana de Mayo; como integrante de la Primera Junta, le cupo la responsabilidad a pesar de su enfermedad y su profesión de abogado-economista, de asumir la enorme responsabilidad de convertirse en general de tropas que aun no entendían contra quien debían luchar, ya que lo hacían bajo los mismos colores que el de las banderas de sus enemigos, y, es así, que Belgrano comienza por pedir al Primer Triunvirato, la composición de la Escarapela Nacional con los colores tan usados durante los días de la Revolución: azul y blanco. Aprobada por unanimidad su uso, le brinda la oportunidad para crear bandera que los distinga definitivamente a los bandos contendientes: creada la misma con los colores de la escarapela, es enarbolada el 27 de febrero y venerada posteriormente, de entre la gran cantidad de versos que la enaltecen, rescatamos unos de la marcha “La bandera” que comienzan así: “Gloriosa enseña de la patria mía/ el Paraná en sus brisas te envolvió/ y en su ribera tremolaste un día/ en que Belgrano al mundo te mostró”
Sabemos de las reprimendas reiteradas del Triunvirato y de su respuesta: “ … de haberla arriado y mandado deshacerse de ella para que no haya ni memoria de ella … “; pero en el ínterin, sin haber recibido aun las furibundas notas de Buenos Aires, ni haber contestado a ellas, con motivo de los próximos festejos patrios; el 24 de mayo de 1812, hace presentación de la misma en Jujuy, donde arengó al pueblo pletórico de patriotismo, diciéndoles: “ será para siempre memorables en los anales de nuestra historia, y vosotros tendréis un motivo más para recordarlo, cuando, en él veis la Bandera Nacional en mis manos, que ya os distingue de las demás Naciones del Globo”
Esta bandera desechada por orden de las máximas autoridades de las futuras Provincias Unidas del Río de la Plata, flameara el 23 de agosto siguiente en la Torre de la Iglesia de San Nicolás –ubicada donde hoy está el Obelisco- …y con motivo de la Gloriosa victoria en la Batalla de Tucumán, batalla que definió en aquellos días el destino de la patria -pero por la que Belgrano será juzgado por haber desobedecido y no retrocedido a Córdoba dejando el Norte a disposición de los realistas-; sobre la bandera española que aun enarbolaba el mástil del Fuerte, lucia un gallardete con los colores azul y blanco, la que por fin es arriada el 27 de abril de 1815, para ocupar su lugar definitivamente, tras más de tres años después de su creación la bandera idolatrada que Belgrano nos legó.
MARZO DE 1812:
retorno al suelo natal de José de San Martín
“Vengo puramente a servir a mi Patria y a los intereses de América” dijo al llegar. La Gaceta de Buenos Aires del viernes 13 de marzo de 1812 –posiblemente redactada por Bernardo de Monteagudo- hace un reflexión que sin imaginárselo iba a ser profética: “Me he preguntado muchas veces poseído de diferentes afectos: ¿qual será la suerte de mi patria?, ¿quién será el que enarbole el pabellón de su libertad? … , y en ese mismo ejemplar, en la última página dice: “El 9 del corriente ha llegado a este puerto la fragata inglesa Jorge Caning procedente de Londres en cincuenta días de navegación, llegando entre otros … el teniente coronel de caballería Don José de San Martín primer ayudante de campo del general en xefe del exercito de la Isla Marques de Coupigny: el Alerez de navío Don José Zapiola; el capitán de milicias Don Francisco Chilavert; el alférez de carabineros reales Don Carlos Alvear y Balbastro; el subteniente de infantería Don Antonio Arellano y el primer teniente de guardias valonas Baron de Olembert. Estos individuos han venido a ofrecer sus servicios al gobierno, y han sido recibidos con la consideración que merecen por los sentimientos que protestan en obsequio de los intereses de la patria”
Las esperanzadas palabras del redactor de la Gaceta, auguraban el venturoso porvenir de la patria y el compromiso de quien volvía a la tierra que lo vio nacer tras casi veintiocho años de ausencia; el teniente coronel José Francisco de San Martín, quien, sin duda, al pisar su suelo habrá evocado su Yapeyú natal y la ciudad en la que había aprendido sus primeras letras.(1)
En ese largo tiempo, una serie importante de acontecimientos habían ido jalonando su vida, desde su paso por el Seminario de Nobles de Madrid, su incorporación en 1797 -con solo once años de edad-, como cadete en el Regimiento de Murcia, y desde allí su vida militar se iría nutriendo de conocimientos, demostrados con valentía y arrojo en combates y grandes batallas, carrera que se ve alterada con la invasión napoleónica en 1808 y la prisión de su soberano, España estalla en rebelión contra Napoleón y su hermano coronado rey de España: José I,; y si bien sigue ascendiendo en su carrera en cargos y responsabilidades, distinguiéndose por pericia, recibiendo distintos reconocimientos entre ellos la importante la medalla de Baylén, batalla en la que por primera vez eran derrotadas las veteranas y siempre triunfantes tropas francesas. ve con sumo desagrado la conmoción social provocada por un levantamiento sin procedentes que alcanzaba al orden interno con dimensiones más agudas y multiformes; la extrema gravedad de una crisis política y religiosa … situación que había vivido y sufrido con horror, cuando estalló la rebelión del 29 de mayo de 1808 y la turba enardecida ajusticio a su antiguo jefe y amigo, el Marqués del Socorro, comprendiendo que la anarquía se había apoderado de España, dejando en él un sentimiento de total rechazo a la lucha armada interna …
Seguirá luchando para desalojar a los franceses de España, pero haciendo un balance de la situación y del estado del imperio español, habrá recordado la magnifica hazaña lograda por sus paisanos del río de la Plata en 1806 y los sucesos que iban acaeciendo en la América Hispana … y la ilegitimidad para detentar el poder de los gobiernos de facto que se sucedían en la península. Con 33 años de edad, a mediados de 1811, después de la batalla de Albuela, a las ordenes del general Beresford (2), y más de veinte de servicio, tres de los cuales en una guerra que no fue solamente combatir las legiones napoleónicas, sino también de obligada actuación en el centro de aquella conmoción social … en carta al Mariscal Castilla, en la cual describe su carrera, recuerda que: “en una reunión de americanos en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos acaecidos en Caracas, Buenos Aires, etc., etc., resolvimos regresar cada uno al país de nuestro nacimiento a fin de prestarle sus servicios en la lucha que calculábamos se habría de empeñar” .
Dice Samuel W. Medrano (3) “San Martín era entre todos los que por aquel entonces tomaron su decisión el de más recia personalidad. Estaba entonces en el esplendor juvenil de su virilidad, formada en la dura escuela de la milicia; era ya un jefe aunque en el grupo fuera quizá el de mayor circunspección y asumiera reservada apostura propia de su modestia”. En septiembre de 1811 después de cumplir los trámites necesarios para su viaje, que probablemente facilitó su jefe y amigo el Marqués de Coupigni, y de obtener un pasaporte para Londres, San Martín abandona España para siempre.
Llegado a Buenos Aires -recordara en la mencionada carta a Castilla: “Yo llegué a Buenos Aires a principios de 1812: fui recibido por uno de los vocales con favor y por los dos restantes con una marcada antipatía”-, Medrano, deduce, que estos dos seguramente fueron Rivadavia -quien reemplazaba a Paso- y con quien la antipatía fue mutua y Chiclana; porque de Sarratea tendrá siempre un buen recuerdo. Además observa que: “las provincias unidas han combatido por una causa que nadie conoce, sin bandera ni principios que expliquen la tendencia de la revolución” (4) … y la incertidumbre de unos y la búsqueda de la independencia de otros, lo confirma su despacho de Teniente Coronel de Caballería y Comandante del Regimiento de Granaderos a Caballo (5) otorgado el 16 de marzo de 1812 por. “El gobierno superior provisional de la Provincias Unidas del Río de la Plata: a nombre del señor Don Fernando VII …
(1)-Mencionado por Juan María Gutiérrez (Bosquejo biográfico del General San Martín; Ricardo Rojas (El Santo de la Espada”; P. Dr. fray Rubén González (El general José de San Martín y la Orden Dominicana” ; Alberto Palcos (ver Informativo No.17, junio de 2004)
(2)-El comandante en jefe de la invasión inglesa a Buenos Aires en 1806
(3)-El Libertador José de San Martín-Espasa-Calpe-Buenos Aires-1950
(4)-Gral. Tomás Sánchez de Bustamante-La Opinión-25-02-1978
(5)-El Regimiento se cubrió de Gloria y participó en la lucha por la emancipación desde el 3 de febrero de 1813 hasta Ayacucho en 1824-(Informa- tivo No.15, Marzo 2004)
25 de febrero de 1778
Quinto hijo Juan de San Martín y de Doña Gregoria Matorras, nace el 25 de febrero de 1778, en el Departamento de Yapeyú, que integraba los cuatro pueblos guaraníes gobernados por su padre en carácter de Teniente de Gobernador: José Francisco de San Martín, quien había sido precedido por sus hermanos María Elena, Manuel Tadeo, Juan Fermín Rafael y Justo Rufino. Ascendido a capitán su padre, este y su familia, retornan a Buenos Aires donde permanecen alrededor de cinco años, para luego trasladarse a España, donde el futuro “Padre de la Patria”, desarrollará por unos veintidós años una exitosa carrera militar, volviendo al suelo natal, tras los acontecimientos de mayo de 1810 para integrarse a su ejército y desarrollar su Plan Continental para la independencia de la América Hispana.
Otro bicentenario
Un importante hecho que posteriormente fortalecería la Independencia Americana, tuvo lugar en España el 19 de marzo de 1812, donde una nueva Constitución, fue promulgada por las Cortes Generales, constitución que luego se denominaría “la Pepa”, por haber sido constituida el día de San José. Oficialmente tuvo vigencia dos años, ya que a la vuelta de Fernando VII, en 1814. fue abolida. La situación interna de España, con luchas entre absolutistas y liberales, contribuyo a la independencia de las colonias; y el golpe de muerte a las posibilidades españolas de mantener América se produce en 1820 cuando las tropas preparadas para ir a la reconquista, se sublevan en Cádiz a favor de la Constitución de 1812, acabando provisoriamente con el régimen absolutista.
… y un centenario
Recuerda Miguel Ángel De Marco (1) que: el 13 de febrero de 1912, el entonces presidente de la nación, Dr. Roque Sáenz Peña promulgó la Ley 8871, que establecía el voto universal, secreto y obligatorio para todos los ciudadanos varones, argentinos o naturalizados, mayores de 18 años. Durante los largos debates para su aprobación, el ministro del interior: Dr. Indalecio Gómez, extraordinario hombre público –hoy prácticamente olvidado-, fiel interprete de la promesa electoral del presidente, argumento fuertemente su aprobación y entre estos dijo: “En el fondo, el voto es una prestación que debe el ciudadano al Estado para los fines de constituir Gobierno”.
(1)-La Nación: 20 de febrero de 2012.
dos del 3 de febrero
Uno: fue el 3 de febrero de 1813, en San Lorenzo-Santa Fe, donde se produce la primera victoria de las armas de las Provincia Unidas, infligidas a las tropas realistas, por el recién integrado Regimiento de Granaderos a Caballo a las ordenes del Tte. Cnl. José de San Martín en San Lorenzo.
El otro: fue el 3 de febrero de 1852, día en que se pone fin de la tiranía rosista, tras tantos años de absolutismo, de persecuciones y de negativa a la organización nacional, apoyada por la anarquía y el caudillismo
Colaboraciones de la Asociación
El periódico LA BARRA, publica nuestra colaboración. 2012-Año del Bicentenario de hechos fundacionales de la Nación Argentina. El 1º. La creación de la Bandera Nacional, y el periódico EMPRESA: 1812-2012-Bicentenario de la creación de la Bandera Argentina y Malvinas: 1833-1985-2012.
Agradecemos
A nuestra colega, la Asociación Cultural Sanmartiniana de Caleta Olivia, cuyo presidente nos comenta:“estoy leyendo sus muy buenas gacetillas en un programa, que hago lunes, miércoles y viernes en la FM frecuencia Uno. No tiene salida por Internet … pero son muy buenas las notas”
Al Gral. Diego Alejandro Soria, presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, por su acuse de recibo de nuestras publicaciones y sus deseos de felices fiestas.
Y, al Director General de Extensión del Instituto, Coronel, Dr. José Luis Picciuolo, mejores deseos para la Navidad y el Año Nuevo y nos dice del recibo de nuestra publicaciones. “muy interesantes … que demuestran su elevado fervor sanmartiniano”
Felicitaciones a nuestro consocio, escritor, poeta y periodista. Cristian Gentile por la aparición de su libro:
“LA Cruz de Plata””
ASOCIACIÓN CULTURAL SANMARTINIANA
Domicilio postal: San Luis 32-1727 Marcos Paz-Buenos Aires