INSTITUTO NACIONAL
SANMARTINIANO
ASOCIACIÓN CULTURAL
SANMARTINIANA DE LA MATANZA
Informativo trimestral:
Abril, Mayo y Junio de 2015. Año XXXXI. No.104
1975-2015. 40ª.
ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE ESTA ASOCIACIÓN
5 de abril
ANIVERSARIO
DE LA GLORIOSA BATALLA DE MAIPÚ
En cuyo homenaje, nos reunimos un
grupo de amantes de nuestra Patria y en respetuoso homenaje a sus prohombres, unificados en la figura del
“Padre de la Patria”, fundamos esta Asociación Cultural Sanmartiniana de La
Matanza, en 1975. Hace cuarenta años. Nuestra meta indeclinable, la sobrevivencia
de los ideales libertarios, republicanos y democráticos del General José
Francisco de San Martín. Sin fines políticos, ni religiosos, ni racistas,
divulgando su ideario, su férrea voluntad, aun, ante las cumbres más altas de
América, de llevar la libertad a las naciones hermanas de Chile, Perú y
Ecuador; su desinterés a los honores y a la gloria, que llegaron a su tiempo y
lo inmortalizaron a través del reconocimiento de los pueblos: el mármol, la
piedra, el bronce…
Ahora, a tres años del próximo Bicentenario
de Maipú y del abrazo fraterno del
general O’Higgins, expresando la gratitud y el reconocimiento en su: ¡Gloria al salvador de Chile!...
Y a cuarenta años del inicio de
nuestro aporte a la preservación de su figura, del homenaje y el recuerdo
permanente de sus conciudadanos y de colaborar en la divulgación de la cultura,
medio indispensable para vivir en Libertad… Decimos ¡Gloria al Padre de la
Patria!... y nuestro recuerdo y agradecimiento a quienes iniciaron y a quienes
continuaron la labor Sanmartiniana de esta Asociación.
AUC.
Carta del
Libertador don José de San Martín
al general
don Guillermo Millar, en donde le informa sobre
su actuación
en América, dándole noticias sobre la entrevista
de
Guayaquil…
Bruselas, abril 19
de 1827
Señor
General don Guillermo Miller
Mi querido
amigo. Voy a contestar a su estimable del 9. Después de mi última carta mi
espíritu ha sufrido infinito, pues Mercedes ha estado a las puertas del
sepulcro de resultas del sarampión, o, como aquí se llama, fiebre escarlatina,
enfermedad que atacó a casi todas las niñas de la pensión; felizmente la
chiquita está fuera de peligro, pues hace tres días se levantó por primera vez:
esta circunstancia es la que ha impedido remitir a usted con más antelación los
apuntes pedidos y que ahora adjunto.
Los detalles
que usted me pide de la acción de San José o se los remito en razón de serme
desconocidos, pero si usted necesita los de San Lorenzo, se los podré enviar
con su aviso: también le incluyo un pequeño croquis de la de Chacabuco, pues
creo que usted conoce esta posición.
No creo
conveniente hable usted lo más mínimo de la Logia de Buenos Aires, éstos son
asuntos enteramente privados y que, aunque han tenido y tienen gran influencia
en los acontecimientos de la Revolución de aquella parte de América, no podrían
manifestarse sin faltar de mi parte a los más sagrados compromisos. A propósito
de Logias, sé, a no dudar, que estas sociedades se se han multiplicado en el
Perú de un modo extraordinario. Esta es una guerra de zapa, que difícilmente se
podrá mantener y que harán cambiar los planes más bien combinados. Me dice
usted en la suya última lo siguiente: “Según algunas observaciones que he oído
verter a cierto caballero, el quería dar a entender, que usted quiso coronarse
en el Perú, y que éste fue el principal objeto de la entrevista de Guayaquil”.
Si, como no hubo (y, esto. Sólo porque me lo asegura el general Millar), el
cierto personaje ha vertido estas insinuaciones, digo que, lejos de ser un caballero, solo me merece el
nombre de un insigne impostor y de despreciable pillo, pudiendo asegurara usted
que si tales hubieran sido mis intenciones , no era él quien hubiera hecho cambiar mi proyecto..En
cuanto a mi viaje a Guayaquil, él no tuvo otro objetivo que el de reclamar del
general Bolívar los auxilios que pudiera prestar para terminar la guerra en el
Perú, auxilios que una justa retribución (prescindiendo de los intereses generales de
América) lo exigía por los que el Perú tan generosamente había prestado para
libertar el territorio de Colombia. Mi confianza en el buen resultado estaba
tanto más fundada cuanto el ejército de Colombia, después de la batalla de
Pichincha, se había aumentado con los prisioneros, y contaba con 9000
bayonetas; pero mis esperanzas fueron burladas al ver que en mi primer
conferencia con el Libertador me declaro que haciendo todos los esfuerzo
posibles, solo podía desprenderse de tres batallones con la fuerza total de
1.070 plazas. Estos auxilios no me parecieron suficientes para terminar la
guerra, pues estaba convencido que le buen éxito de ella no podía esperarse sin
la activa y eficaz cooperación de todas las fuerzas de Colombia: así es que mi
resolución fue tomada en ese acto, creyendo mi deber hacer el último sacrificio
en beneficio del país. Al día siguiente y a presencia del vicealmirante Blanco
dije al Libertador que, habiendo dejado convocado al Congreso para el próximo
mes, el día de su instalación seria el último de mi presencia en el Perú,
añadiendo: “ahora le queda a usted general un nuevo campo de gloria en el que
va usted el último sello de la Libertad de América. (Yo autorizó y ruego a
usted escriba al general Blanco. a fin de ratificar este hecho). A las 2 de la
mañana del siguiente día me embarque. Habiéndome acompañado Bolívar hasta el bote,
y entregándome su retrato como una memoria de lo sincero de su amistad. Mi
estada en Quayaquil no fue más de 40 horas, tiempo suficiente para el objeto
que me llevaba. Dejemos la política y pasemos a otra cosa que me interesa más.
Mucho le agradezco las noticias que me da
del comodoro Bowles y de su señora tenga usted la bondad de hacerles
presente mis más sinceras respetos y amistad, lo mismo que al caballero
Spencer. Por el próximo correo remitiré las nuevas noticias que usted me pide
en su última, pues me es imposible marchen por éste; y no teniendo quien me
lleve la pluma para dictar (por hallarse muerto mi hermano) tengo que valerme
de un extranjero, lo que me hace duplicar el trabajo para corregir las faltas.
Tengo cartas
de Lima que alcanzan al 12 de noviembre, y de Guayaquil hasta el 3 –nada
particular excepto que la odiosidad contra el ejército colombiano, con
especialidad contra los oficiales, crecía con rapidez. De Buenos Aires, con
fecha del 7 de enero me dicen, que el 27de diciembre el ejército oriental se
había puesto en marcha para batir al brasilero, que se hallaba en las puntas
del Yaguarón, y que para el 14 o 15 del siguiente se aguardan con impaciencia
los resultados.
José de San
Martín
P.D.-Mi mayordomo en
Mendoza, se me escribe, quedaba en la agonía; si su muerte se verifica, tendré,
necesariamente que pasar a América en este año, para no abandonar mis
intereses.
Agregamos: Fechada en
Lima, el 29 de agosto de 1822, el general San Martín pocos días después la
reunión de Guayaquil y antes de despedirse del pueblo peruano y embarcase para
Chile, envía una carta a Bolívar, que es publicada por el capitán Lafond, en el
año 1844, en la que le hace saber su opinión sobre la misma: “…. desgraciadamente estoy
íntimamente convencido, o no ha creído mi ofrecimiento de servir bajo sus
órdenes, con las fuerzas a mi mando, o mi persona le es embarazosa, las razones
que usted me expuso de que su delicadeza no le permitiría jamás mandarme, y aún
en el caso que esta dificultad pudiera ser vencida estaba seguro que el Congreso
de Colombia no autorizaría su separación del territorio de la república,
permítame general que le diga que no me han parecido plausibles…
“La patria no
es el territorio: es la libertad.
Porque antes
de 1810 teníamos territorio, pero no teníamos patria.
Ella vino
con la libertad”
JUAN BAUTISTA ALBERDI
la posdata
que es un fuerte sentimiento de arraigo!
Leemos en la posdata
de la carta que envía al general Millar, su preocupación sobre la chacra de Los
Barriales, en la que dejaba entrever su presencia, aunque lejana, de su
existencia y añoranza, tal como lo expresara en una carta enviada desde su ostracismo
en Europa:”Creerá Ud. que mi alma encuentra un vacío que existe en la misma
felicidad. ¿Sabe UD. cuál es?.. Pues en no estar en Mendoza, UD. se reirá.
Hágalo. Pero le protesto que prefiero la vida en mi chacra, a todas las
ventajas de la culta Europa” (1).
La historia de
chacra nace con su designación como Intendente de Cuyo y a efectos de estar cerca de su objetivo y la preparación de
los medios para lograrlo; la tierra ni bien llego lo apasiono – descendientes
su padre y su madre de familias de labriegos-, la belleza de paisaje mendocino
y la laboriosidad de quienes cultivaban y cosechaban el producto de las mismas;
es por ello que, con el fin de afincarse con su esposa y su hija Mercedes
Tomasa, nacida en Mendoza el 24 de noviembre de 1816, solicita al Cabildo 50
cuadras de tierra en el paraje conocido por Los Barriales, el coronel Luzuriaga
que estaba a cargo de la Intendencia, ya que San Martín estaba en El Plumerillo
organizando el Ejército de Los Andes, asegura su pedido diciéndole. “que
comprende que después de haber enriquecido los anales de la Historia de América
quiera buscar el descanso en el cultivo de los campos, convirtiéndose en un
labrador apacible”. Termina la nota accediendo a la concesión y agregándole
al pedido doscientas cuadras más para su señora hija, destacando que el Cabildo
y el pueblo de Mendoza no sólo le agradecían haberla elegido para descansar de
sus fatigas , sino también porque “Había
hecho brillar esta provincia entre todas las Unidas del Sur”. Al partir
para libertar a Chile deja la chacra, su “Tebaida” a cargo de don Pedro
Advincula Moyano. Tras su renunciamiento al Protectorado del Perú, luego de la
reunión de Guayaquil, parte hacia Chile el 20 de septiembre de 1822, donde se
entrevista con O’Higgins, entonces Director Supremo de su país, cruza los Andes
y se instala en su chacra, donde se dedica a organizarla para hacerla
productiva: En carta dirigida al Sr. Gobernador de la Provincia de Mendoza, don
Pedro Molina, le manifiesta. “… Mendoza,
Junio 4 de 1823. Con mucho placer contribuiré, con mis cortos conocimientos a la
delimitación de la Villa Nueva que V.S. me honra denominándola de San Martín.
Nadie más interesado en su fomento y el mismo que ha destinado a pasar el resto
de sus días. Quiera el destino que cada momento se me proporcionen ocasiones de
manifestar a este honrado pueblo mi eterna gratitud. Sírvase admitir mi más
alta consideración y agradeciendo. José de San Martín”. (2) … y es donde le
llega la noticia del derrocamiento de O’Higgins y la muy penosa del
fallecimiento de su esposa en Buenos Aires el, 3 de agosto de 1823, a quien no había
podido acompañar en su desdichada agonía, por encontrarse retenido por las
amenazas de ser detenido por rebeldía al ordenársele el abandonado sus planes
del crece de los Andes, para ir a sofocar rebeliones internas en las que el no
estaba dispuesto a intervenir. Luego en Buenos Aires, manda construir el
sepulcro de Remedios y con su hija Merceditas, abandona Buenos Aires el 20 de
febrero de 1824. Tres años después, desde Bruselas, escribiría a O’Higgins: “Confinado en mi hacienda de Mendoza, y sin
más relaciones que con algunos vecinos que venían a visitarme, nada de esto
bastó para tranquilizar a la desconfiada administración de Buenos Aires, ella
me cercó de espías, mi correspondencia era abierta con grosería, los papeles ministeriales
hablaban de un plan para formar gobierno militar bajo la dirección de un
soldado afortunado etc., etc. En fin, yo vi claramente que era imposible vivir
tranquilo en mi patria hasta que la exaltación de las pasiones no se calmasen,
y esta incertidumbre fue la que me decidió pasar a Europa”. Antes de su partida
hacia Buenos Aires, asesorado por don Salvador Iglesias sobre la situación de
chacra y su baja productividad, y a pesar que San Martín deseaba fervientemente que cuando
terminara la educación de su hija -si las Provincias Unidas se hallan
tranquilas-, regresaría a Mendoza para instalarse en ella. Pero antes de partir
cumpliendo con su palabra. Se desprende de algunas cuadras: “… en la ciudad de Mendoza, a treinta y un
días del mes de julio de mil ochocientos veinte y tres, ante mi, escribano
público y testigos, el Exmo. Sr. General José de San Martín, residente en esta,
a quien doy fe conozco y me dijo: Que por el mucho afecto que le profesa al
General de Brigada son Tomás Guido, como así mismo la buena armonía con que se
han conducido en todo el tiempo que han sido compañeros de armas, y deseándole
manifestarle de algún modo el buen afecto que le profesa, de su libre y
espontánea voluntad, sin premio, dolo, ni fuerza alguna; cierto y sabedor de lo
que en este caso le pertenece, otorga en la forma que mejor haya lugar a
derecho, que hace gracias y donación, pura, mera, perfecta e irrevocable, de
sus descendientes y sucesores, de cincuenta cuadras de tierra de propiedad del
otorgante, las que citan en la Villa
Nueva San Martín, con todas sus entradas y salidas, aguas, usos, costumbres,
derechos y servidumbre. Y, el otorgante a quien yo el presente escribano doy fe
y conozco, así lo dijo, otorgó y firmó ante los testigos que fueron presentes
don José Santander y don Alejandro Castillo, de quien doy fe. José de San
Martín, Justo Moreno, escribano público”. (3). Y al año siguiente en pago
de contrato, otras 50 cuadras a don Pedro Advincula Moyano… El resto 21 años
después del fallecimiento del general José de San Martín, su familia lo vendió
a don Saturnino Álvarez. Una deuda impaga que la situación anárquica de la
Patria no le permitió gozar… ni morir en su tierra
(1)-Mi Tebaida
(2)-Archivo Histórico
de Mendoza-Carpeta No.286,-Documento 143
(3)-Actas del
Congreso Nacional de Historia del Libertador General San Martín-Ministerio de
Educación-Universidad Nacional de Cuyo-Tomo IV-Pág.344-1950
AUC.
“La cultura
evoluciona, pero también se empobrece. La televisión populista,
algunos
juegos para chicos y muchos de lo que cae bajo el título de entretenimiento
sistemáticamente
miente sobre el mundo, sobre el heroísmo y la gloria,
la guerra,
la violencia, aún la amistad y el amor.
Además de
empobrecernos, estas mentiras son peligrosas”
Simón Blackbum,
jefe de cátedra de filosofía de Universidad de Oxford
COMO TAMBIEN
LAS ARTES Y LAS LETRAS ENGRANDECEN A UNA NACIÓN
RECORDAMOS A
JORGE LUIS BORGES, FALLECIDO EL 14 DE JUNIO DE 1986
Y lo hacemos
reproduciendo un viejo recorte del Diario La Razón del 26 de diciembre de 1964,
donde Osvaldo Rossler comenta, que en Alemania aumenta el interés por la obra
de autores argentinos y se leen buenas versiones, comienza por contar que el
lector medio germano, no gasta más de cinco marcos (un dólar) para comprar un libro…
y que acaba de ser traducido “Borges und ich” (Borges y yo), por la casa Haser
y Broschusen, y si bien este acopio de prosas y poemas del autor argentino no han llegado aún al gran
público, ha permitido que un sector bien determinado contemplase el
conocimiento de una obra que poco a poco se va consolidando su notoriedad
internacional… Anteriormente habían sido vertidos al alemán: “El jardín de los
senderos que se bifurcan” e “Historia de una infamia”, en esmeradas
traducciones de Kart August Hortst.
“Un país de
clases medias es el que soñó Sarmiento.
El sentó
–entre otras loables iniciativas- las bases del sistema educativo
del que
emergió la clase media que hizo que
alguna vez
este país
fuera admirado y respetado en el mundo”
Ricardo
Esteves: “Civilización o barbarie”, La Nación: 22-02-2010
Adelmo
Montenegro, prestigioso académico, escritor y periodista, señaló, entre otras,
con motivo de su disertación sobre educación; que el futuro de la educación
pública afronta su máximo peligro: la pérdida de una generación que ha crecido
en medio de las estridencias de los mitos totalitarios y el debilitación de la
conciencia cívica. Fue el 15 de junio de 1988…
Tomás Eloy Martínez dijo:
“El periodismo no
es un circo para exhibirse, ni un tribunal para juzgar, ni una asesoría para
gobernantes ineptos o vacilantes… es una herramienta para pensar, para crear,
para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida digna y menos injusta
Citado por Daniel Muchnik, en su nota “El buen periodista debe ser
crítico”
La Nación: 17 de enero de 2013
EN JUNIO NACIÓ Y MURIO MANUEL
BELGRANO
En la actual Av. Belgrano, a metros de donde descansan
sus restos, nació el 3 de junio de 1780, en un medio sino opulento, pero de
buen pasar y luego de dar todo por la Patria, murió en la misma casa, en la mayor pobreza y olvidado, el 20 de
junio de 1820,
HONREMOS SU MEMORIA CON CLARA
VISIÓN DE PATRIA Y LIBERTAD
ASOCIACIÓN
CULTURAL SANMARTINIANA DE LA MATANZA
DOMILIO POSTAL: SAN LUIS 32 – 1727 MARCOS
PAZ – BUENOS AIRES