INSTITUTO NACIONAL SANMARTINIANO
ASOCIACIÓN
CULTURAL
SANMARTINIANA DE
LA MATANZA
Informativo trimestral: enero, febrero y marzo
2016, Año XXXX, No.107
2016-AÑO DEL BICENTENARIO DE LA DECLARACIÓN
DE LA INDEPENDENCIA ARGENTINA
“… al dotar
Europa a América con su ser, inició su propia desintegración
antolólogica,
de manera que, en la medida que América fue realizándose en su historia,
el ser
europeo fue aniquilándose a si mismo…
“La invención de América”, Edmundo O’ Gorman,
Fondo Cultura Económica, México, Pág.98
HECHOS
PRELEMINARES QUE PUSIERON EN MARCHA LOS FINES
DE LA ASAMBLEA DEL AÑO XIII
El Segunda
Triunvirato, de acuerdo a las resoluciones de la Asamblea de Año XII, otorga el
poder ejecutivo, bajo el título de Directos Supremo de las Provincias Unidas
del Río de la Plata, a Gervasio de Posadas, este designa a San Martín
gobernador de Cuyo, enviándole tropas y dinero para la organización del
Ejército Libertador, asimismo apoya la creación de la escuadra que en la
campaña naval de 1814, derrota a la Real Armada Española, asegurándose la caída
de Montevideo, desviando en consecuencia la expedición española que estaba
preparando Morillo, además, ese año, se dispuso, tras el abandono del sitio de
Montevideo, que el prócer rioplatense José Gervasio de Artigas fuera considerado sedicioso y se rechazan a
sus diputados que llegan a Buenos Aires para participar de las deliberaciones;
pero con fines prefijados: Declaración de la Independencia. Libertad civil y
religiosa. Organización política federativa. Estados autónomos y que Buenos
Aires no fuese la sede del Gobierno Nacional… Concretando la constitución de la
Liga de los Pueblos Libres de las Provincias Unidas, que incluía: la Banda
Oriental; Entre Ríos, Corrientes; y Santa Fe… por este motivo José Rondeau jefe
del Ejército del Norte, se sublevó en su base… este alzamiento y la
recuperación del Trono Español por Fernando VII, provocaron problemas al
gobierno que terminó con su renuncia el 9 de enero de 1815… la Asamblea en su
lugar nombró a Carlos María de Alvear para que completara el mandato dejado por
Posadas… este, rodeado de su propia facción organizó un gobierno de fuerte
dictadura… produciéndose en el territorio manifestaciones adversas… a las que respondió
dictando un drástico bando por el cual se condenaba a muerte a quienes
criticaran su gobierno… y su terror a las represalias de España le llevó a
ofrecer al gobierno inglés el dominio de estos territorios, y ante la falta de
respuesta de estos… igual ofrecimiento hizo a Bolívar.. y al no encontrar
respuestas se dirigió al rey de España solicitando ser perdonado y que se le
permitiera su reincorporación al ejército español… derrotado el 15 de abril de
1815, arrastró consigo a la Asamblea del Año XIII, sin que esta hubiera podido
concretar sus objetivos fundamentales: Proclamar la Independencia y sancionar una
Constitución… el Cabildo asumió entonces el poder y dispuso la creación
de una Junta de Observación y un gobierno, el que asumió interinamente Ignacio Álvarez
Thomas, ya que el designado: José Rondeau, se hallaba al mando del ejército del
Norte. La Junta quedó integrada por Pedro Medrano, Esteban Agustín Gascón, José
Mariano Serrano, Antonio Sáenz y Tomás Manuel de Anchorena, la que el 5 de mayo
de 1815, sancionó un “estatuto provisional”, que regiría los actos del Director
Supremo y de los gobiernos de las provincias. Estatuto que en la práctica
“nunca llegó a tener vigencia”, pero recordemos su artículo 30, que establecía
que el Director: “… luego que se posesione del mando, invitará, con particular esmero y eficacia,
a todas las ciudades y villas de las provincias interiores para el pronto
nombramiento de diputados
que haya de formar la Constitución,
los cuales deberán reunirse en la ciudad de Tucumán”. Hecha la convocatoria por el Director
Supremo a cargo… los diputados fueron electos en las últimas semanas de ese año
y en las primeras del año siguiente, se eligió un diputado por cada 15 mil
habitantes. La elección de la sede se debía a los grandes problemas que había
debido sortear la Asamblea del Año XIII por negativa de los federales a
someterse a la influencia de Buenos Aires. Había incidido en la elección la
fuerte presión de la alianza federal, eligiéndose la ciudad Tucumán, una ciudad
protegida por el ejército del Norte y muy lejos de la influencia de Artigas.
Iniciándose la sesiones el 24 de marzo de 1816, con la participación de 33
diputados…
LOS CAMINOS
PARA LLEGAR A TUCUMÁN
El diplomático y
escritor Abel Posse, los describe con pragmática realidad: “Eran Quijotes de levita, sotana o uniforme. Convergían hacía San
Miguel de Tucumán. …Entonces la Argentina era más bien un océano de tierra
amenazadora. Ir de Buenos Aires a Tucumán llevaba unos veinte días, siempre y
cuando no se topase con barriales o indios levantados. Una legua podía costar
todo un día de tirones con la cuarta. Una carga de muebles, libros o alimentos
podía necesitar seis meses de carreta. Las jaurías, a veces de tres mil canes
cimarrones, solían atracar las galeras con los ojos rojos como ascuas,
enfurecidos de hambre. Eran implacables con cristiano de a pie o con caballo
enfermo. Las galeras se amarraban como naves y partía entre gritos de
postillones, llantos de adiós y ladridos de perros queridos. Monotonía de
sucesivos cardales. Gritos de teros asustados. Noches cósmicas. Pampa húmeda y vacía.
Salitrales infinitos. A veces polvareda de potros cimarrones. … El rigor de la
jornada no amainaba en la noche de la posta. Se bendecía un catre sin chinches
o sin vinchucas que “se inflaban con nuestra sangre hasta adquirir el tamaño de
una avellana” …. Un científico inglés
anotó que los mosquitos “parecían pichones de langosta marinas” y que sólo era
posible dormir después de la cena (la de ellos, se entiende). Raramente la
carne de la fiambrera era fresca y se accedía a un buen asado. Generalmente
aparecía un puchero peligrosa y misteriosamente residual, donde se disimulaba
entre picantes la carne abombada. … Nuestros almidonados académicos no nos
cuentan que aquellos hombres, aquellos fundadores, iban acosados por terribles
dudas, dolores de muela, melancolías de amor, indigestiones, picaduras, pasmos
y dudas. … Pobres y solemnes, todos fueron llegando hacía fines de junio a
Tucumán. … “
“Un día de
julio: ellos y nosotros”, publicado por La Nación, el 9 de julio de 1989
SAN MARTÍN Y
EL IDEAL DE LA INDEPENDENCIA
……………………………………………….
“En
San Juan, el 12 de junio de 1815, el teniente de gobernador de la Rosa, convocó
a elecciones para el otro día a las siete de la mañana. Realizadas estas fue
elegido diputado al Congreso de Tucumán, fray Justo Santa María de Oro, a
quién, el día catorce le fueron acordados amplísimos poderes. Era fray Justo
decidido partidario de la causa revolucionada… Amigo de Libertador, quien antes
de transcurrido un mes de la elección lo visita. San Martín llega justamente el
9 de julio de 1815 y se aloja en una humilde celda del viejo Convento de Santo
Domingo, donde mantiene secretas reuniones con fray Justo, de la Rosa y Laprida
“trilogía patricia identificada con el plan sanmartiniano e inspirada de los
mismos ideales del prócer”… El licenciado Francisco Narciso de Laprida, el otro
diputado sanjuanino, fue elegido el doce de septiembre del mismo año… Si bien
todos los diputados de Cuyo –para quienes San Martín “era un oráculo” según la
exacta afirmación de Mitre-, respondieron plenamente a las directivas
sanmartinianas, es evidente que Godoy Cruz y Laprida son los esenciales
representantes del mensaje y la orientación sanmartiniana…
Tomás
Godoy Cruz, el de la nutrida correspondencia con el Libertador, su confidente y
orientador del grupo cuyano a través del
pensamiento del Gran Capitán… Compañero de la representación de Godoy Cruz, fue
el Dr. Juan Agustín Maza, Doctor en Leyes de la Universidad Santiagueña de San
Felipe, uno de los más decididos partidarios de la revolución de mayo, como lo
sería del Congreso de Tucumán… San Martín había urgido la realización de las
elecciones y bregaba ahora, tenazmente por la instalación del Congreso… Ya con
fecha del primero de julio de 1815, con oficio remitido al Cabildo mendocino
transcribiendo la convocatoria a elección de diputados dada por Álvarez Thomas
, decía: “la brevedad que exige este paso no ocultará a V. S. en merito a su
importancia y de nuestras circunstancias políticas. El orden, el método y
liberalidad de su importancia para realizarlo traerán la conveniencia de un
mejor éxito y los benéficos resultados de sus consiguientes” “Yo vivo en la
confianza –afirma- que V. S. redoblando su celo, actividad y prudencia se solemnizarán estos actos en conformidad con
la benevolencia pública”… y elegidos los diputados, el diecinueve de octubre de
ese año se dirige nuevamente al Cabildo de Mendoza para que partan pronto los
representantes, y les dice: “Siendo demasiado urgente la reunión de la Asamblea
Nacional que ha de fijar la suerte de la América del Sud, lo es también que se
pongan en marcha los diputados de las Provincias al punto de su convocatoria y,
no habiéndolo aun realizado los de esta
capital, espera este Gobierno que V. S. los invite a que los verifiquen para el
sábado próximo sin falta alguna. V. S. que conoce las ventajas que resultarán
al bien general de este paso no omitirá cooperar a tan sagrado objeto”… Fueron
Fray Justo y Godoy Cruz los primeros en llegar al expectante San Miguel del Tucumán.
Como no iban a ser los primeros si San Martín a impulsos de su Ideal de
Independencia urgía por la instalación del Congreso… Así el diecinueve de enero
de 1816 les dice: “¿Cuándo esperan Uds.
para reunirse?... Por lo más sagrado ¡Les suplico que hagan cuantos esfuerzos
estén en lo humano para asegurar nuestra suerte!... Todas las provincias están
en expectación esperando la decisión del Congreso: él solo puede cortar las
desavenencias que existen… y el veinticuatro de del mismo mes y año,
insiste y dice a Godoy Cruz: “dígame Ud.
algo sobre los diputados llegados, ábrame su opinión sobre los resultados que
espera de su reunión pues eso me interesa más que todo como que está ligado al
bien general”… y el veinticuatro de febrero , el diputado mendocino escribe a San Martín: “Por fin el veinticuatro de marzo se
instala con emotivas y brillantes ceremonias el Supremo Congreso Nacional”… Estaban
en San Miguel de Tucumán, los diputados de Cuyo: Tomás Godoy Cruz, Juan Ignacio Maza, fray Justo Santa María de Oro,
Francisco Narciso de Laprida y Juan Martín de Pueyrredón. Los de Buenos
Aires: Pedro Medrano, Juan Darregueira,
fray Cayetano José Rodríguez, Antonio Sáenz y Juan José Paso; los de
Córdoba: Juan Antonio Cabrera, Miguel
Calixto del Corro, Luís Jerónimo de Salguero y Cabrera y Eduardo Pérez Bulnes; los
altoperuanos: José Severo Malabia, Pedro
Ignacio Rivera y José Mariano Serrano; el
diputado por Tucumán: José Ignacio
Thomas; los de Catamarca: José
Columbres y Miguel Antonio Acevedo y el diputado por La Rioja: Pedro Ignacio de Castro Barros,
aquel que
“llevaba en holocausto al altar de la Patria –al decir de Avellaneda- su propio
corazón hecho pedazos”. Apenas instalado el Congreso cursó oficios a las
autoridades de todo el país comunicando el acontecimiento, y remitiéndoles
copia de de sus primeras resoluciones y la formula del juramento que debían
prestarle como “autoridad Soberana de las Provincias Unidas del Río de la Plata”…
San Martín satisfecho por cuanto se ha cumplido uno de sus firmes anhelos..
escribe a su confidente mendocino con exultante alegría por la feliz unión y le
dice: que se ha festejado con salvas de
cañón, luminarias y repiques de campanas y por eso también al anunciar al
pueblo de Mendoza aquella reconciliación titula su proclama: “Noticia más interesante que una victoria”…
………………………………………………………………………..
Extractado
del texto de la Conferencia, que el historiador y académico sanmartiniano Dr.
Leoncio Gianello, dictara en el INS.
Anales de la
Academia Sanmartiniana No.4, págs. 89/102
LA SEDE DEL
CONGRESO
La Casa –descripta
ciento cincuenta años después- está ubicada sobre una acera angosta, entre dos
comercios, en la calle Congreso. El frente, inconfundible, de tejas rojas y
columnas salomónicas, es de color blanco-crema, rematada por un mástil mayor,
colocado encima del techo como en el de un navío. Tiene a marcha regular,
cuarenta pasos, y empieza y termina en una puerta. Si se considera el escudo de
bronce que lo corona, el frente es asimétrico. La puerta principal, debajo del
escudo, está en el centro; a los costados, las columnas, las ventanas con
rejas, y las puertas en que comienza y termina. Sólo el mástil menor, colocado
a la derecha, rompe el equilibrio. Apenas se traspone la ancha puerta, se ve un
farol que pende del techo del zaguán. Es de los de estilo colonial, pero ahora
tiene un foco eléctrico. El zaguán da al primer patio, un jardín con plantas y
césped, y al salón de sesiones, construido transversalmente, cerrando el patio.
El jardín está enmarcado por habitaciones interiores y galería con techo de
tejas sostenidas por columnas de madera. Es posible que desde la histórica
sala, a través de la galería, cuando era habitación de la señora Bazán de
Laguna, la dueña de casa vigilara el movimiento de la servidumbre detrás de las
ventanas con rejas, como era costumbre entonces. Hoy los visitantes pasan
delante de la mirada celosa del cuidador, que teme más por las enredaderas de
jazmines y madreselvas, los naranjos y los rosales que adornan el jardín. En el
cuerpo del edificio del frente, a la izquierda, en el sentido de la entrada,
hay una sala con muebles de época; un clavicordio Luís XV, arcones, juegos de
sala, un reloj inglés del siglo XVII, mesas, retratos de Bernabé Aráoz, Domingo
García, Gregorio Aráoz de Lamadrid y Belgrano (el retrato hecho en Inglaterra)
y pergaminos y escudos. Desde esta sala, haciendo ángulo recto con su extremo
se pasa a otra (una de las que enmarca el primer patio), también con juego de
sala Luís XV, un dibujo en escala del cabildo demolido en 1908 (que estaba en
la Plaza Independencia), un sofá isabelino, placas de plata y oro, candelabros,
sillones de roble, uno de vaqueta que perteneció a la señora Ignacia Córdoba de
Columbres, madre del famoso Obispo, relojes y recuerdos, un Cristo colonial del
siglo XVIII, una Señora de las Mercedes y una Virgen y el Niño, óleo este del
siglo XVIII. Todo este salón, como el de la derecha, que parte del extremo del
edificio del frente y cierra el patio por este costado, son habitaciones que se
comunican entre sí, abiertas para permitir el paso y ofrecer el aspecto de
salas. En el último se exhiben principalmente muebles de la época. En la sala
de sesiones, debajo del retrato de Laprida, esta la placa de bronce del Acta, a
los costados, los retratos de los secretarios José Mariano Serrano, diputado
por Charcas, y Juan José Paso, diputado por Buenos Aires. Delante de esta
pared, que es la del fondo, están la Mesa de la Independencia, que pertenecía
al primer gobernador de Tucumán, general Bernabé Aráoz, y sobre la cual se
firmó el Acta, y los sillones del presidente y secretarios, muebles de la época
con tapizado de terciopelo rojo. Desde el fondo se alinean a lo largo de las
paredes los retratos de los congresistas. Todos miran de frente, menos dos, que
aparecen de perfil: Pedro Ignacio Aráoz y Tomás Manuel de Anchorena. En la
reconstrucción hecha de la Casa, que conservó fielmente sus rasgos primitivos,
puede seguirse, transponiendo la puerta inmediata a la Sala Histórica, hacía el
interior, el trazado de un segundo patio, con pozo y plantas, otras
habitaciones y la casa del cuidador, en cuya enredadera cuelga el aro de un
loro que anuncia, sorpresivamente, que “hay visitas”. Este patio comunica aún
con un tercero, con jardín y galería destinada a las placas recordatorias, que
tiene el aspecto de un largo frente de nichos. También en este patio han sido
colocados los bajorrelieves de Lola Mora, esculpidos en 1904, que representan
“El Congreso” y el “25 de Mayo”, gigantescas piezas de bronce que parecen a
primera vista inconclusas. El patio termina en una verja y un portón de hierro,
sobre la calle 9 de Julio, casi frente al templo de Santo Domingo, donde se
ven, también detrás de verjas negras (el negro del hierro contra el blanco del
mármol) las estatuas de Fray Justo Santa María de Oro y Fray Manuel Pérez.
O. H. V.
Diario La Prensa del 9 de julio de 1966
LA SITUACIÓN
IMPERANTE EN 1816
“….Se sucedían los
empréstitos forzosos y las confiscaciones. Se dispuso de la propiedad enemiga y
se embargaron los “bienes extraños”. Con la derrota de Sipe-Sipe, perdimos las
minas de Potosí y la Casa de
Acuñación. El estado
suspendió el pago de sus deudas, y por escasez de metálico corrío
fraudulentamente una moneda macuquina con menos plata y más estaño. Contracción
industrial y cesación de actividades comerciales. … El gobierno debía hacer
frente a las letras de Tesorería expedidas por los Jefes de Gobierno y
ejércitos en el frente. En la pampa húmeda –para colmo- hacía dos años que no
llovía y se había encarecido alarmantemente el precio de la carne. Las malas
noticias se descargaban a montones y como nunca los periódicos alcanzaron a ser
once en 1816, con ocho Gobiernos en año y medio. Más de veinte mil soldados
amenazando por el norte y aproximadamente cinco mil en cada flanco del país, y
sólo un puñado –los testigos de la Patria-
apenas treinta, la mitad sacerdotes y casi todos hombres de paz y de
leyes, pretendiendo declarar la Independencia de toda Sudamérica –en Tucumán-
que parecía las Termópolis- al pie del Aconquija, que era la única azotea que
nos quedaba para alzar la voz…”
Extractado de la Conferencia dictada por el
Dr. Julio César Gancedo: “Los testigos de la Patria”
“¡ANIMO QUE PARA LOS HOMBRES
DE CORAJE
SE HAN HECHO LAS GRANDES
EMPRESAS!”
JOSÉ de SAN MARTÍN
ASOCIACIÓN
CULTURAL SANMARTINIANA DE LA MATANZA
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DE ABRIL DE 1975
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