ASOCIACION CULTURAL SANMARTINIANA DE LA MATANZA

Reconocida Oficialmente por el Instituto Nacional Sanmartiniano - Ley 15588
Fundada: 5 de Abril de 1975
Actividad: Historica, Cultural, Educativa y Social
Correo Electronico: acsanmartinianamatanza@yahoo.com.ar

lunes, 15 de diciembre de 2014

Informativo Nº 102

INSTITUTO NACIONAL SANMARTINIANO
ASOCIACIÓN CULTURAL
SANMARTINIANA DE LA MATANZA

Informativo trimestral: Octubre, Noviembre y Diciembre de  2014. Año XXXX. No.102

2014-AÑO DE HOMENAJE AL ALMIRANTE GUILLERMO BROWN

1º. De agosto
“DÍA DEL HISTORIADOR
MATANCERO”
El pedido presentado por esta Asociación al Honorable Concejo Deliberante el 15 de octubre de 2007,  dio lugar al Expediente 1.023/2007, acompañada de la nota que resaltaba los valores insustituibles del Prof. Alfonso Corso, fallecido el 1º.de agosto de ese año, y el compromiso insoslayable de las autoridades, instituciones y pueblo de Matanza a quien, por años recorrió el “pago”, como educador, investigador, autor de libros esclarecedores de la historia local, aportante de la documentación que dio lugar a la instauración del “Día de La Matanza”. Primer “Ciudadano Ilustre del Partido”  y “Medalla de Oro” de la Comisión de Homenaje al Bicentenario de la Independencia entre otras numerosas  distinciones. Condecorado por la República Italiana como  “Cavalieri  Orden al Merito”. Por la República Francesa, la República de Venezuela, el Reino de Bélgica; por sus SS. SS. Paulo VI y Juan Pablo II. Reconocimientos y felicitaciones de numerosas autoridades y personalidades de renombre mundial. Integrante de numerosas Instituciones Culturales Nacionales e internacionales, recibió numerosos premios y menciones por el valor periodístico, investigativo y de difusión de sus trabajos. Cofundador del Museo Juan Manuel de Rosas, Fundador del Archivo Histórico e integrante de la Primera Junta de Estudios Históricos del Partido de La Matanza. Autor de libros, artículos y conferencias, cuya larga nómina ocuparía gran parte de esta publicación. Por más de veinte años fue vicepresidente de esta Asociación a la que aporto su sabiduría y en la que su presencia espiritual ocupa un espacio permanente de motivación a la difusión de las bases de nuestra patria y la cultura como promoción permanente del desarrollo y la equidad democrática.
Para reforzar nuestro pedido en noviembre de 2007, enviamos nota a todas las Asociaciones de Colectividades Extranjeras del Partido a las que el Prof. Corso, siempre había brindado una especial dedicación y recibido múltiples reconocimientos, y es así, que el Comitato Degli Italiani All Estero Cir. Consolare de Morón, reforzó nuestro pedido dando lugar al Expediente 1.168/2007.
Ambos pedidos lograron que el Cuerpo diera lugar a su tratamiento y la Comisión respectiva, tras la amplia documentación reunida, diera su aprobación por unanimidad.
Con gran júbilo nuestra Asociación, familiares e integrantes de otras entidades culturales del Partido, participaron el 30 de octubre pasado del acto en que el Honorable Concejo Deliberante del Partido, instituyo el día 1º.de Agosto de cada año, como el “Día del historiador matancero”  en homenaje al extinto Prof. Alfonso Corso.
Mucho agradecemos a los integrantes del H. C. D., de su Comisión de Cultura y a todos quienes en alguna forma hicieron que a través de esta resolución se esté brindando un muy merecido reconocimiento y homenaje a un incansable y entrañable trabajador por la cultura en nuestro “Pago”…

Más información y fotos: http//acsanmartinianalamatanza.blogspt.com

“… el don mayor de los seres humanos: comunicarnos con palabras. Porque cuando mueren las palabras , sobrevive la “selva salvaje” de la violencia, la ignorancia y la guerra de todos contra todos”
Carlos Fuentes: La Nación, enero 2005
HOMENAJE A UN GRAN SANMARTINIANO
RECUERDOS DE LA GUERRA DEL CHACO
“CARNEADA INSOLITA” (1)
Terminaba el año 1934. Será el año más duro de toda la Guerra del Chaco. Las lluvias inmensas y persistentes han inundado todos los caminos. Están convertidos en lodazales. Se ha embotellado el tránsito de transportes. Todo se ha atascado. Las tropas han quedado aisladas de sus bases, libradas a las propias posibilidades. Su logística momentáneamente se ha desarticulados.  Los víveres  y las municiones llegan en muy deficientes proporciones a quienes marchan a vanguardia.  Las reservas de víveres consisten en lo que va quedando de cecina.  Esta cecina está totalmente cubierta de gorgojos.  Cortándola en pequeños trozos e hirviéndola en agua, con mucha imaginación se puede considerar que se trata de una sopa.  Es un líquido grasiento con trocitos endurecidos sobrenadando en agua turbia. Los gorgojos muertos en el hervor cubren toda la superficie. Algunos sostienen que son comibles.  La sal es cada vez más escasa y cada vez más necesaria para sobrevivir, las marchas con el esfuerzo que demandan y el sudor que provocan, requieren más sal para el organismo, de la poca que va quedando.  La ausencia de vegetales frescos en la dieta trae avitaminosis.  Cada vez se hace más notoria la horrible presencia del escorbuto.  Sangran las encías. Se reblandece la implantación de los dientes.  Las encías se hacen fungosas.  Se desprenden pequeños trozos de mucosa de las encías. Los tobillos y las rodillas se hinchan.  La falta de proteínas genera edemas, hinchazones en las regiones declives del cuerpo.  Un soldado que duerme sobre el lado derecho de la cara, despierta con la cara grotescamente más ancha de ese lado. A otros se le junta el edema con la papada. Del mentón para abajo tienen cara de gordos. Del mentón para arriba tiene las mejillas chupadas, la nariz afilada y los ojos hundidos.  Para atenuar las penurias de la marcha, los soldados se han fabricado toscos bastones con ramas cortadas del pique. el suelo embarrado por las lluvias que no cesan, exige más esfuerzo para no caerse.  A pesar de los bastones muchos tienen la ropa embarrada.  En el despiadado ajedrez de la guerra se intenta una movida.  La Primera División recibió la orden de interceptar el estratégico camino Capi I rendá-Carandayty y se debe cumplir a cualquier costo. Allá van estos hombres. Van cargados con fusil y sus municiones que son más pesados cuanto más se prolonga la marcha. La frazada a brazo partido, mojada por la lluvia, parece de plomo.  Los zapatones embarrados, el suelo resbaladizo y el hambre insatisfecha torturando todas las horas, acentuando las penurias con su aguijón insoportable.  La orden es marchar hasta interceptar el camino. Es de urgencia hacerlo para aliviar la difícil situación de una unidad. Interceptar por sorpresa el camino. Es andar por el bosque achaparrado y espinoso, abriendo piques “a pecho” lo que quiere decir embistiendo la maleza como tapires, haciendo de topadoras humanas de la jungla los que van adelante. Rompiendo con la manos las ramitas que se cruzan, empujando con el cuerpo las que ceden, sin poder evitar que la piel se rasguñe y la ropa se rasgue. Por una senda así se marcha a “interceptar el camino”.  Por donde no hay camino. Solamente pasó antes por aquí la patrulla que fue enviada en misión de reconocimiento. Una patrulla así es un pequeño grupo desprendido de su base, en medio de la selva. Ellos y la suerte. Ellos y el destino.  Ahora, detrás, en la dirección señalada por aquellos, van éstos, en la vanguardia. Delante, la patrulla “de punta”, silenciosamente, para no denunciar su presencia al enemigo y malograr la ventaja que puede dar la sorpresa. La orden es una palabra de cuatro sílabas: INTERCEPTAR.  Quiere decir marchar por donde no hay caminos. Detenerse. Tenderse allí mismo en el suelo para dormir. Alimentarse con la ración que lleva. Con el alba marchar otra vez, llueva o no, lleguen más víveres o no. Siempre en silencio. Sin un grito. Sin un disparo. Con uno solo se alertaría todo el sistema de retenes del enemigo, que como una cadena de cascabeles alarmaría a todo lo largo de la línea. La esperanza de calmar el hambre comienza a arraigar en la larga columna silenciosa.  Ha comenzado a cambiar la topografía del terreno.    Ha quedado
atrás el bosque espinoso y se entra a una zona de altos pastizales aptos para la ganadería. Y, confirmándolo se oye el mugir de vacunos. “Che portiyú che renoi hina”, dice un soldadito. De pronto la patrulla choca con un puesto de centinela de los retenes del enemigo. Intercambian algunos disparos y el retén se repliega a sus posiciones principales. Como ocurre casi siempre, ha caído herido un hombre de la patrulla. Esta vez es el Jefe, el Teniente Alberto Laterza, con un tiro en el pecho. A su lado estaban los Comandantes del Batallón que acudieron prestamente al comenzar los disparos: Capitán Pantaleón González Yegros y el Capitán Julio César Zarza. La patrulla espera al Batallón de Vanguardia, oculta en el pastizal.  La operación ha fallado.  El factor sorpresa que consistía en llegar al camino a interceptar por algún claro o hueco en el dispositivo enemigo fracasado. La larga columna de vanguardia se detiene en el lugar alcanzado. Unos se sientan, otros se tienden en el suelo. Pero los bolivianos hasta ahora solamente han visto la patrulla.  La columna de vanguardia está quieta. Descansa. El Comando dispondrá o no el asalto y ruptura de la posición enemiga. Mientras, en Asunción, en los diarios, habrá croquis y una rayita marcará por donde un millar de hombres anduvieron kilómetros y kilómetros cargando con su fusil, municiones y una frazada mojada a brazo partido, escasamente nutridos y con la posibilidad cierta que sus “patrullas de punta” chocarán con algún retén y que la muerte volviera a caer sobre quienes le a llegado la hora.  “Nunca se muere en la víspera”, dicen los soldados con la serenidad de su fatalismo.  Cada uno cree que su día no es hoy. Por ahora ocultos del enemigo descansan. No combaten. Pero hambre… Sienten hambre insoportable. Necesitan impostergablemente comer carne. Todos piensan obsesivamente en carne vacuna. Los bolivianos no saben si la patrulla se retiró a su base a dar cuenta de lo cometido. Hay orden de seguir guardando total silencio. Los vacunos andan entre la tropa hambreada. Solamente la disciplina militar es capaz de reprimirlos en sus impulsos de sacrificar un animal en pocos minutos.
El hambre excita su imaginación y un grupo de la tropa decide proponer al Jefe del Batallón un plan silencioso de sacrificar un animal. Los Jefes con mando de tropa, con la convivencia diaria a través de heterogéneas vicisitudes, alcanzan a conocer a la mayoría de los hombres. Unos oficiales son respetados por su tropa.  Otros son respetados y amados. Y otros, además son admirados por sus soldados.  En general, los subordinados tienden a imitar al Jefe en su conducta, su arrojo, su prudencia. El plan que un grupo de soldados propone al Jefe, de sacrificar un vacuno, lo hacen rogando con la mirada, suplicando con sus gestos.  El Jefe, tal vez conmovido, acepta: pero impone como condición severísima no disparar un solo tiro. No producir el menor ruido. El grupo no tiene corral ni cuerda alguna para enlazar y encerrar el animal.  El único elemento con que cuentan para no producir ruidos es el sacrificar al animal con sus machetes. Proponen formar un círculo humano e irlo cerrando hasta tener a su alcance al animal al que le cortarían los garrones para inmovilizarlo y darle muerte. Obtenido el permiso, un grupo forma el círculo convenido alrededor de un torito y lo van achicando. Cuatro hombres están sueltos dentro del círculo armado de machetes. Los que forman el círculo llevan mosquiteros y frazadas para tirarlos sobre el testuz del animal. A unos de los perseguidores se le junta algo de líquido en la boca que no le permite respirar, con la boca abierta. Quiere escupirlo, y se le escapa una baba pegajosa, sanguinolenta. Se limpia con rabia con la manga de su camisa verde olivo que se torna rojo parduzco de sangre y de tierra.  El perseguidor no tiene energías para correr tras el animal.  Trata de reemplazarla con saltos, cayendo con el brazo extendido empuñando el machete que alcanza al garrón del animal. Se suceden los saltos de los macheteros como canguros de una extraña generación, mientras otros, macheteadotes atraviesan el círculo de hombres y al cruzarse con el vacuno se le tiran a los garrones con el machete en punta como un mitológico rinoceronte. Hay un sordo rumor de respiraciones fatigosas en estos hombres carenciados de proteínas y vitaminas.  Cada tanto alguno escupe con fastidio un poco de sangre. Nadie grita. Solo se oye el jadeo de hombres al límite del esfuerzo. Un último machetazo frena los cuartos del torito. Queda inmóvil apoyado en sus patas delanteras. Solamente unos segundos. Entre todos lo voltean y sacrifican. En ese confín de la selva chaqueña, en ese valle idílico donde pasta el ganado en medio de un aromital florido, se desarrolla una tragedia alucinante, como una pesadilla, una grotesca  escena psicodélica con sus personajes, formas y colores trastocados. Es un ruedo taurino limitado por seres humanos con las manos enlazadas como una deformación trágicamente burlesca de una plaza de toros. Los toreros no visten trajes de luces ni adoptan actitudes estuarios. Tienen una ropa verde olivo sucio con desgarrones. En una escena onírica, el toro no embiste. Es un joven toro que huye aterrorizado por los machetazos que sufre en sus patas y de tanto en tanto encara la pared humana que la aprisiona. Al buscar una brecha, en vez de encontrar la roja capa del torero que lo enceguezca, solo encuentra los sucios mosquiteros húmedos que le tiran sobre el testuz los que forman el cerco… Queda inmóvil apoyado en sus patas delanteras. Solamente unos segundos. Entre todos lo voltean y sacrifican. La fila de hombres que formaba el cerco se desgrana como un collar que hubiera roto el hilo y cuchillo en mano se dirigen al bullente manto humano que cubre al torito. Todos tienen encendidos en sus ojos el brillo primordial y salvaje del deseo imperioso de comer. El mismo que en la jungla, el desierto o la montaña tiene un animal hambriento que ha cobrado la pieza que calmará su hambre acuciante. Todos tiene cuchillos, Todos, a la vez, intentan llevarse su porción y algo de reserva. El cuerpo del torito no se alcanza a ver debajo de la espesa capa verde olivo, parda de tierra, formada por los soldados, cortando cada uno al mismo tiempo. Se reanuda la marcha. Se hacen más frecuentes los choques de patrullas hacía adelante. Todos los que van llegando y siguen, tratan de cortarse su porción. El esqueleto del vacuno comienza a blanquear de carne y cuero que también es comible. Un soldadito ingenuo que por primera vez ve un animal faenado conservando el esqueleto armado, intacto y que alguna vez oyó hablar del paso inexorablemente mortal de “la corrección”, que deja esqueletos minuciosamente mondados, comenta:”Debe haber pasado por aquí la corrección”.  “La corrección” es una vasta alfombra de hormigas carnívoras que atraviesa la jungla devorando todos los animales que encuentra, sin excepción.   A  su  lado, un veterano, le dice,
mirando con los ojos  brillándole de hambre y gula, los animales que pastan cerca: “Sí, una corrección vestida de verde olivo y con cuchillito en la mano” . Las patrullas no han encontrado claros en su frente. Llega la orden de proseguir la operación. Es el primero de enero de 1935. Asalta las posiciones el regimiento 4 de infantería con las primeras horas de la mañana. Llueve intensísimamente, como suele ocurrir en esa región. Es tan copiosa la lluvia como la cortina de agua que se desploma detrás de una cascada. La lluvia cubre la tropa que avanza como una gran campana de cristal sin transparencias que impide detectar con precisión a los atacantes. La intercepción se cumple. En Asunción, en los diarios que publican los croquis de las acciones habrá una rayita que cruce el camino Capi i rendá-Caranday ty…            
Osvaldo Pedro Fernando Jaeggli, autor de SAN MARTÍN, UNA CUMBRE.
(1)-Trabajo publicado en el Boletín de septiembre de 1992, del Rotary Club de Hurlinigham

5 DE OCTUBRE DE 1820
El General José de San Martín, con las pocas fuerzas de que dispone, orden al coronal Juan Antonio Álvarez de Balcarce, mantener al enemigo alejado, en la primera de las campañas de las Sierras en el Perú.

24 DE OCTUBRE DE 1820
San Martín, crea la Bandera y el Escudo del Perú, en la ciudad de Pisco, donde ha establecido su cuartel general

14 DE OCTUBRE DE 1833
De visita en Buenos Aires y con directivas del General San Marín de regularizar bienes y rentas, indispensables para la sobre vivencia en el exilio, su yerno Mariano Balcarce y su hija Mercedes, reciben el primer fruto de su unión. El nacimiento de la primera nieta del General: Mercedes Balcarce.

24 DE OCTUBRE DE 1909
Se inaugura en Buologne sur Mer, la estatua ecuestre en homenaje al Libertador de media América del Sur.

16 DE OCTUBRE DE 1914
El 14 de octubre pasado, se cumplió el centésimo aniversario de la muerte de Julio Argentino Roca, brillante militar al que el país le debe la integración con otros destacados y esforzados hombres:   de millones de kilómetros cuadrados de territorio a la patria y dos presidencias que produjeron siguiendo los pasos de Sarmiento Y Avellaneda, un país envidiable, colocado por sus  producciones y riqueza entre los primeros en el mundo. Honremos su memoria sin prepucios políticos oportunistas.

20 DE NOVIEMBRE DE 1787
Nace en Buenos Aires: María de los Remedios  de Escalada, parienta política de José de San Martín, futura esposa del General y madre de la hija de ambos, Mercedes

20 DE NOVIEMBRE DE 1823
Habiéndose retirado de la Gesta Libertadora, por falta de auxilios de los gobiernos de Argentina y Chile y la ambición desmedida de Bolívar, parte desde Mendoza hacia Buenos Aires, procurando no ser apresado por el empecinado  gobierno de Buenos Aires que quiso involucrarlo en rencillas internas, consecuencias que ya había vivido, cuando salvo la vida de la turba, pero vio morir ajusticiado a su Jefe en España; y llega a Buenos Aires para rendir  homenaje a su esposa, fallecida mientras él estaba retenido por las intrigas y la envidia de muchos de sus conciudadanos, mandando construir el sepulcro de Remedios en la Recoleta   

20 DE NOVIEMBRE DE
Mal llamado “Día de la Soberanía Nacional”, fecha en que Rosas intento frenar el paso de mercaderías sin pagar aforos en la aduana a su cargo, donde la valentía de las fuerzas nacionales fueron arrasadas por las inglesas y las franceses, pero que tuvo su revancha, cuando volvían confiados y sin mucho éxito en sus transacciones fueron sorprendidos en la Vuelta del Quebrado con un total descalabro, chocando entre si, con inmensas pérdidas.

21 DE NOVIEMBRE DE 1861
Los restos del General José Francisco de San Martín fueron trasladados a la bóveda de la familia Balcarce, en el cementerio de Brunoy-Francia.

21 DE NOVIEMBRE DE 1861
Mariano Balcarce entrega al ministro plenipotenciario del Perú en Francia, el estandarte de Pizarro, en la  ciudad de Brunoy-Francia.

4 DE DICIEMBRE DE 1796
Muere en Málaga donde prestaba servicios integrando el Estado Mayor de dicha plaza don Juan de San Martín, padre del General San Martín y otros tres hijos que ejercieron altos cargos militares en España, habiendo sido instructor de en tropas en Buenos Aires y administrador y jefe de fronteras en  estancias en Carmelo-Uruguay y los pueblos guaraníes  en Corrientes-Misiones.

23 DE DICIEMBRE DE 1832
Mercedes Tomasa de San Martín, hija del Libertador, contrae matrimonio con Mariano Balcarce en París-Francia
MUCHAS GRACIAS POR TODAS LAS COLABORACIONES RECIBIDAS
FELIZ 2015
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